SOLO UN APUNTE
He
de confesar que me gusta muy poco el
deporte, no practico ninguno actualmente y son pocas veces las que salgo a
caminar y cuando lo hago es casi por obligación y porque sé muy bien que “quién
mueve las piernas, mueve el corazón”, y me hace falta, como a todo el mundo, el
ejercicio. Me canso mucho cuando intento
practicar natación y mis prácticas de “básquet”, quedan en mi historia
deportiva, como “pívot” que fui, del equipo de mi colegio cuando estudié el Bachillerato
Superior, en la Ciudad Condal, mi querida Barcelona. Nuestra querida BARCELONA.
Cómo siento que el desánimo de algunos
catalanes, los nacionalistas, no haya exigido un diálogo ilimitado en
el tiempo y me duele que la corrupción allí, tampoco haya tenido la solución
que todos esperábamos, porque si mi información es la correcta, todo
el capital llevado fuera de España, sigue allí. Los pájaros, todavía,
sin enjaular. Pensar en una Cataluña como la que hemos vivido tantas
personas que estudiamos y trabajamos con los catalanes y junto a ellos, y que
nos enseñaron su modo de luchar, trabajar y su honestidad, es muy reconfortante
porque ellos, la mayoría, y con su peculiar idiosincrasia, como nos ocurre a
todos, no han dejado de sentirse siempre
españoles y, estoy segura, que muy pronto estos hechos, además de servir para
acordar posiciones, servirá para reflexionar mucho sobre nuestra reciente
historia democrática y su evolución con sus pros y sus contras.
Hace
unos años, en el 2012, y como buena amante de escribir lo que siento, repliqué,
ante las primeras muestras de lo que parecía la ejecución inmediata del deseo
de algunos de los catalanes, de no querer seguir perteneciendo a ESPAÑA.
Yo comentaba, en las reflexiones que publiqué “Qué bonita es BARCELONA”, en mi
“blog” de INTERNET, que no podía imaginar que para visitar mi querida
BARCELONA, se tuviera que usar un visado o pasaporte. El día uno de Octubre
pasado y durante todo el día—, al escuchar las declaraciones de los líderes
políticos, pensé en que la Comunidad de Cataluña, es una Comunidad con unas
peculiares características, y que pasa como en las familias, en que cada hijo,
tiene una personalidad diferente, pero que no por ello se deja de ser “la
familia”, y que con el respeto que nos inculcan nuestros padres entre
nosotros, se hace posible la convivencia y también, posteriormente, nos siguen uniendo, además de
un natural cariño, recuerdos, vivencias y una ayuda mutua en diferentes sentidos,
aunque no ignoro que, a veces, se generan rencores y hasta odios.
Considero
que nunca debería haber menosprecio de unos a otros. En ocasiones la mano del amigo
se aleja ante una necesidad nuestra e inminente, y vemos, con sorpresa, como es
quien creíamos enemigo, oponente o ajeno…, el que nos tiende esa mano.
Mi
reflexión, basándome en lo idílico, por la nobleza y honestidad con que se debe
lograr el triunfo en los deportes en general, quiere ser una aproximación a
esta, nuestra historia, que con una formación adecuada y desde la infancia
tratando siempre de aprender, podrá continuar… (a mejor).
Caminar,
nadar o el baloncesto, no se parecen en nada al juego de “Tenis de mesa” o
juego del “Pimpon”, de cuya serenidad, pericia y habilidad de cada uno de los
oponentes depende la victoria. Este juego del Pimpon, me parece interesante, y
todos recordamos que por este juego y
hace ya bastantes años —sucedía a principios de los años 70—, entre China y los
Estados Unidos se produjo el “deshielo” y también y por él, fue posible la
visita del entonces Presidente
estadounidense R. Nixon a la China comunista, cuyo mejor jugador de tenis de mesa, Zhuang Zedong,
se enfrentaría con el norteamericano Glen Cowan, que era el máximo exponente de
este juego en los Estados Unidos. Se estableció por estos hechos, la entonces
calificada: “Diplomacia del ping-pong”, que causó una gran expectación,
porque se acercaron dos países con dos ideologías que habían estado y estaban
(y están), enfrentadas y se dañaban, persiguiéndose con feroces desafíos,
continuamente.
También yo, y parece que ya “hace un siglo”,
practiqué el Pimpon, sin pensar
entonces, cuando era una niña adolescente, que vería este juego, muchísimos
años después, reflejado como metáfora y
también como eufemismo de la Política actual, a la que llamamos:
POLÍTICA DEMOCRÁTICA.
Considero
que me gusta pensar, meditar y reflexionar cada día sobre todo lo que me
acontece a mí y ocurre a mi alrededor y que quisiera permitirme opinar, que del “pimpón”, que a mí, me parece nuestra
política, se ha pasado a que los dos protagonistas del juego, es decir los dos
partidos políticos que siempre están en competición, tengan un acompañamiento, significativo, pero yo sigo con la metáfora
porque en cualquier juego hay una meta, muy gratificante, y preestablecida, poniéndose
los medios y la técnica para ganar— por esto sigo—, pero hay una gran
diferencia…:
A
la técnica cuando se hace “casi perfecta” se la llama oficio, y,
por los resultados que tenemos tan palpables, en nuestra política actual, no
hemos alcanzado todavía tan excelso estado y tenemos a cambio y debido a ello, unos
lodos que nadie desea y que yo no me encuentro capacitada para juzgar
(lo creo trabajo y obligación de las personas muy comprometidas en política.
También de filósofos y sociólogos), pero sí para hacer mis observaciones, pues
en la política que se hace aquí, en ESPAÑA, yo
percibo que:
—Se
“juega” sin aunar criterios, como si uno de los jugadores jugase a levantar
pesas, y el otro se pusiera a nadar. Si uno
hablase “tailandés” y su interlocutor “panocho”, sería imposible un entendimiento.
—Creo
que hay un destacado entretenimiento en la lucha por el poder, con unas descalificaciones
constantes, que son poco ejemplarizantes por parte de quienes nos representan, con pocas
excepciones, y que van directas a ofender para
seguir en el poder, o quitárselo al adversario de turno y conllevan una
pérdida de tiempo, tan grande, que además de no
beneficiarnos en nada, parece que siempre estamos en el mismo punto sin
poder movernos o salir de él, puesto que las soluciones no se pueden percibir
ya que se diluyen en las discusiones.
—El
problema de la corrupción sin resolver no ayuda nada, antes al contrario, nos hace
pensar a todos los españoles, que cuando no se resuelve con rapidez, es por
algo muy grave: No conviene por algo muy fundamental: “Nadie se atreve a
tirar de la cuerda” y, por nuestra impotencia, aguardamos y aguardamos el día en que se apliquen las leyes para
castigar a quién ha hurtado y a quien ahora esté hurtando. También a quien por otras muchas
causas, está muy alejado de la LEY.
Ese día es un día,
que nos está pareciendo, muy cercano al juicio final.
—Se
esperan, con verdadera ansiedad, las leyes, por revisar y modificar o nuevas, que
nos protejan a todos los ciudadanos de un libre comercio, que resulta ser avasallador
en nuestras economías, por sus
diferencias de unos comercios a otros, en sus precios. No se llega a fin de mes
con este maravilloso Euro, que no nos permite ahorrar ni un
céntimo, aunque, eso sí, nos ha llevado a ser “más Europeos”.
—Creo
que todo cambiaría si se luchara por la FELICIDAD DEL CIUDADANO y que parte de
esa felicidad consistiría en una educación que nos llevara a no querer tener
más, sino a tener la consciencia y la evidencia de dar una buena educación a
los hijos desde la familia y una buena formación en la Universidad o en la
Escuela de Formación Profesional, pero avalada y promocionada por el Gobierno
Central, y siempre, con mayor facilidad para todos, porque c0n las elevadas
matrículas, y gastos que genera vivir fuera del hogar, alejados de la “olla
familiar” se quedan demasiados jóvenes
sin cumplir la ilusión de su vida.
—Para
“ir bien” se tiene que percibir que APORTAMOS, y eso lo percibimos y muy
bien, todos los españoles, pues las
cargas, a veces dobles y triples por los
impuestos y por el mismo capital, si lo
movemos: Otra vez a pagar. Si compramos algo con lo que hemos ahorrado y por lo
que ya se pagó el correspondiente impuesto, pues, de nuevo:”al rico 10%”. Si
somos herederos de algo y para poder adjudicárnoslo: “al rico 20%”. Esta
legislación sin modificar nos hace pensar:
¿Para quién
trabajamos y hemos ahorrado algo? Para nosotros y los nuestros: ¡NO!
¡Está muy a la vista!
—Necesitamos notar
que…: RECIBIMOS.
Es evidente que las clases
medias, estamos desapareciendo, porque ya no se puede ahorrar:
No se gana un salario
suficiente porque no estamos a nivel del Euro, ni en el contexto de otros
países europeos, pero tenemos que idear y lograr un estado más justo porque...:
Se exige de nuevo lo
que ya has pagado y pagamos en nuestra
pensión por jubilación y por lo más o menos ahorrado.
—Ha
desaparecido—nos han sustraído—, lo que hace tanto tiempo llamábamos:
¡CULTURA DEL
AHORRO!
Ahora no se nos ofrece una cartilla de ahorro para llenarla euro a euro… Se dan
tarjetas para que gastes, y nuestro poco juicio hace que con ellas se gaste lo
que se tiene y lo que no se tiene.
Por supuesto: Gana la
banca—bueno…, algunos banqueros—, pero los ciudadanos: arruinados.
—Estamos
en “punto muerto”, demasiado tiempo, y sin un camino a seguir, se crean
interminables desatinos por las discordias.
El cómo es importante, y empezar algo que se ha perdido en este país, es muy
difícil, porque si la CULTURA DEL AHORRO es difícil y casi imposible, la
CULTURA DEL TRABAJO, también lo es, porque crecemos como si el trabajo
fuese un castigo, en vez de un DON. Crecemos considerando que aprender es un
castigo. Pensar que un LIBRO es un artículo de lujo, nos impide avanzar
y progresar, porque no se aprovecha lo que
desde que comenzó la Humanidad a gozar de su Historia, se nos ha
transmitido.
La alegría en/por
las fiestas y diversiones nos hace olvidar esos “DONES”, a veces.
La crisis está
haciendo que se vuelva a apreciar más el TRABAJO, aunque se percibe que es por NECESIDAD,
no por CULTURA del TRABAJO ni por VOCACIÓN.
—Creo
que todo POLÍTICO, debería tener un matiz de artista, y he puesto esta
palabra con minúscula porque quiero considerar a la persona “auténtico artista”,
humilde y exento de vanidad o con una mínima dosis de la misma: Que no se ufana
demasiado por ser admirado, sino que agradece con una sonrisa o simplemente
diciendo gracias, la admiración o el éxito que ha podido tener. Este concepto
de artista, nos hace pensar en aquella persona que hace algo, que para él es
natural, y que sin embargo, nos asombra
a todos por su originalidad, belleza, perfección…, un “casi creador”, en
lo que se especialice. Alguien con seguridad en lo que quiere y puede ofrecer y
que lo sepa transmitir y realizar. La palabra “OFICIO”, tiene aquí de
nuevo cabida. El político al ejercer su profesión debe de tener, los
oportunos conocimientos para ejercerla, al igual que para cualquier trabajo se
requieren. Ahora, en los tiempos que estamos atravesando, todas las personas
con una profesión, nos tenemos que ir perfeccionando en la misma, pues son
tantos los avances de la técnica y la ciencia que los conocimientos se han de
ampliar e ir perfeccionando el trabajo
según el dictado que se vaya marcando para la profesión. Solo esto, nos hará
mejorar y progresar, tanto a nivel personal como general.
En todos los pueblos y ciudades, y
desde siempre, ha habido y hay “una gran vocación de servicio” por parte de muchas personas de la localidad en donde viven y se va improvisando,
según indica la necesidad y la costumbre, pero como los tiempos avanzan, al
igual que nuestros padres y/o, nosotros mismos, nos sacrificábamos no hace
tanto, por adquirir el nivel deseado para el desarrollo de nuestra vocación, también
creo que podría la vocación/profesión de
los políticos, no ser la excepción de la regla, y, “haciendo codos”, titularse y así poder ejercer debidamente, y desde luego con mayores conocimientos
para una buena praxis. La carrera específica: “Ciencias Políticas”, es la
idónea y les permitiría estar muy bien preparados. Creo que esto es,
honestamente, a lo que se debe aspirar,
del mismo modo que un Maestro que ejerce como tal, ha de tener conocimientos
pedagógicos para transmitir sus enseñanzas o un Arquitecto ha de poseer los
conocimientos, para poder dar forma a la construcción que deba realizar, según
se haya previsto y para que rija la seguridad necesaria, y que lo que ha
construido no se derrumbe.
Todos nos hemos preparado en nuestra
profesión, antes de ejercerla… ¿Por qué no se hace así en Política? Las
deficiencias serían menos y la “vanidad” no tendría razón de ser, para quienes, hasta
ahora, se han erigido en nuestros mandatarios al ser elegidos en las urnas por el prestigio
de clase, por ser muy conocidos y queridos o porque se piensa que, entre todos,
es “el mejor”, o son “los mejores”. Se ejercería el
cargo como profesión y no habría esa “mafia de poder”, de no ceder ante
unas mejores ideas, sino con profesionalidad, se pensaría en tan solo hacer el trabajo lo mejor posible,
como tratamos todos de hacerlo en nuestra vida laboral…, que por cierto, no es
eterna y tiene un límite temporal para todos los oficios o profesiones. Esto es
algo que se tendría que estudiar también en los gobiernos porque han de ser renovados: El poder eternizado, y según
experiencias ya vividas, solo en raras ocasiones ha sido edificante y
fructífero para el pueblo.
Mis reflexiones, yo creo que se podían
perfilar mucho más, aunque, en
principio, me mueve expresar una visión, procurando que sea objetiva, y, por
supuesto, considerar y transmitir que el silencio en nada ayuda. Sería
concluyente y a la vez gratificante intentar cambiar situaciones generales, por
más personas…, más gente comprometida,
por medio de la palabra, por medio de nuestras ideas, y ¿cómo no?: Con
la ejecución de los acuerdos.
Expresar las necesidades por
gremios, grupos de estudiantes, con sus dificultades; amas de casa responsables de la educación en
el hogar de sus hijos, la “cesta de la compra”, sus ayudas o falta de ellas…;
trabajadores con o sin trabajo; extranjeros con o sin sus permisos y la
regulación… Tantas y tantas cosas, sin olvidar a nuestros ancianos, que, forzosamente aislados y
padeciendo la final y terrible enfermedad de la soledad, unida a las dolencias
físicas, necesitan mucha atención y sobre todo mucho respeto y cariño. Hay
tantas y tantas cuestiones que modificar, renovar, actualizar…, que habría
trabajo para emplear a muchas personas, ya que la palabra “crisis”, las ha
desempleado, sin ni siquiera haber podido tener la confianza en su proyección
como integrados en la sociedad y como profesionales.
Todos necesitamos mucha cordura y
seguir por su camino. Si no se sigue ese camino, deja de ser cordura, y pasa a
tener otras denominaciones.
Fotografía de mi archivo personal, tomada en la "PLAZA DE CATALUÑA" de BARCELONA
el 12/12/2012
ALICANTE
11/10/2017
Mª Jesús Ortega
Torres