viernes, 28 de abril de 2017

UNAS Y OTRAS VECES



UNAS Y OTRAS VECES

A lo largo del camino
baja cantando el riachuelo.
Sus aguas están fresquitas.
Mojo mis pies y lo siento.

Corren…, corren muy deprisa,
y yo, noto un cosquilleo,
porque el agua con su huída,
me da un masaje ligero.

El riachuelo es cantarín.
Solo Él, es su instrumento:
Va bajando y va cantando
…Yo, la letra no la entiendo.

Pero me gusta su timbre.
Hoy, es suave, dulce, tierno.
Y, no hay viento. ¡No hay rugidos!
¡NADA!
No ha emitido, ni un lamento.

Y yo, me alejo contenta
…Mis pies están descansados,
y mi corazón, oyendo
 la música del riachuelo.

No es de piano, de guitarra
ni de otros instrumentos
Es del tiempo que se pasa,
que a veces, toca muy  suave
mas otras, lo hace rugiendo.


SANTURDE DE RIOJA 15/08/2016
Mª Jesús Ortega Torres

Fotografía de "Las Conchas"  y el río EBRO en HARO (La Rioja)
(¡Menudo "riachuelo" el río EBRO!) 


domingo, 23 de abril de 2017

Una mañana, un azar



Una mañana, un azar

                La casualidad se le había aparecido de nuevo. Otro artículo, firmado por “ELLA”, había caído en sus manos, como a veces ocurría. Ella era una observadora con su seudónimo, y la primera vez que la leyó en una columna del periódico, pensó en la cantante de “voz negra y alma blanca”, que le encantaba, igual que le pasaba con los pensamientos y reflexiones de esta articulista, que lo entretenían mientras degustaba su cortadito, antes de entrar al trabajo.
                El tedio, el aburrimiento, la monotonía en algunas parejas, era el tema que tocaba ese día y se puso algo nervioso, porque ese lodo, primero fino, pero que va tomando cuerpo poco a poco y va espesándose, termina con el amor al final de  una agonía premonitoria, y a nuestro hombre, ese lodo lo estaba ahogando desde hacía algún tiempo.
                Su mujer: Inteligente, eficaz y, sobre todo: ¿Muy enamorada…? Todavía no había percibido que su tela de araña, estaba rota, hacía ya algún tiempo.
                Él era sensible, paciente, educado, muy cumplidor de todas las reglas éticas habidas y por haber. No estaba seguro de que todo fuese bien, y cuando leyó el artículo se vio reflejado en ese espejo y se asustó mucho más de lo que nunca imaginara. Sí, algo había cambiado y marchó después del segundo café, a su trabajo que le gustaba tanto, y por el que se hubiera quedado más tiempo fuera de su casa.
                En las primeras horas, embotado y acuciado por recuerdos recientes que florecían en su mente constantemente, se encontró muy mal. Había somatizado su angustia y tenía arcadas. En el baño descargó la cena anterior vomitándola y dejándole el sabor amargo que siempre regala la bilis. Se acomodó en su mesa, pero su color lívido lo delató. Esquivó las preguntas de algún compañero y prosiguió ordenando y pasando las facturas del día anterior, pero…: Se equivocaba. Bailaba los números y tenía que repetir constantemente. Su mujer estaría en la peluquería porque era uno de los días que le tocaba y pensó en marchar a casa como le habían insinuado y meterse en la cama, que estaría hecha, seguramente, “a la francesa”, con las sábanas sin estirar bien... Lo enfermaban las protestas y la auto-defensa de la  “esclavitud” de su esposa, que no se harían esperar si había alguna amonestación. Pensarlo aumentaba más y más su malestar.
                ELLA, solo “Ella”, le había abierto los ojos con su artículo. ¡Todos sus sentidos estaban alerta!, pero constituyó un encuentro consigo mismo muy doloroso y en los diez minutos que le separaban desde su trabajo a casa, trató de quitar de su mente, los pequeños pero malos y molestos recuerdos.
                Ya en la cocina se sirvió un vaso de agua a temperatura natural— quería rehidratarse—. Su vaso le resbaló haciéndose añicos en una explosión detonante, porque un gemido, más agudo de lo habitual, patinó por el pasillo colindante, hasta sus oídos.
                En la fracción de un segundo, aparecieron desnudos ante la puerta de la cocina, su mujer y un señor con barba. Él, todavía asombrado, agachó la cabeza y posó su humillación en los infinitos poliedros centelleantes del vaso roto.

ALICANTE 13/04/2017
Mª Jesús Ortega Torres
 FELICIDADES a TODOS y BUENOS DÍAS
En el DÍA DEL LIBRO, leemos lo que nos han escrito para ser leído. Escribimos para que nos lean.
ALICANTE 23/04/2017



sábado, 22 de abril de 2017

UN REGALO





UN REGALO

POESÍA es hablar, pero con GRACIA.
La POESÍA es un REGALO de la PALABRA.
POESÍA es la PALABRA, con VOCES que nos cantan,
en TONOS muy distintos, por muy distintas causas.

En todo tiempo y ahora, hubo, y habrá POETAS;
nos dicen algo BELLO—su CORAZÓN les habla—,
mas también, les ALERTA, si hay algo que no encaja:
  Sospechas o temores, que siempre ellos atrapan.

Se inspiran y versan al AMOR cuando pasa :
Con AMADO o AMADA. Bellas FUENTES…, los CAMPOS,
los RÍOS, o quizá, PRIMAVERAS pasadas.

Todo se plasmará ¡Seguro…! Lo saben bien hacer,
y si hubiera injusticias, también lo contarán,
 y ofrecerán el ALMA y su VIDA darán,
porque tienen un ARMA que es :
Su LIBERTAD.


ALICANTE 4/04/2017>>>>>>20/04/2017
Mª Jesús Ortega Torres





















sábado, 8 de abril de 2017

"Al caer la tarde" Poema de ANTONIO FIMIA MOYANO


        

     Tenemos el honor,tanto quienes visitáis mis  modestos BLOG y portal en FACEBOOK, como yo misma, de leer hoy, un poema de un gran poeta que el pasado día seis de ABRIL, levantó SU VUELO y marchó a “MEJOR VIDA”.
         El cordobés ANTONIO FIMIA MOYANO, poeta, escritor, compañero de tertulia literaria, también, BUEN AMIGO, a sus 88 años y estoy segura,  de que contra SU VOLUNTAD, dejó escapar su ALMA.
Afortunadamente, nos queda además de SU GRATO RECUERDO, su OBRA LITERARIA, bastante extensa y notable, dada su SENSIBILIDAD y su MINUCIOSIDAD. Amaba la LITERATURA y nos demostró con ella que sabía expresar sus sentimientos.
En este poema:
 “AL CAER LA TARDE” vemos un CANTO A LA VIDA y a su CÓRDOBA querida, que siempre estuvo como su familia y amigos, en SU CORAZÓN.
Mi deseo es que siga escuchando nuestras voces, desde su NUEVO ESPACIO y agradecerle que SU VOZ POÉTICA haya quedado entre nosotros, como una mágnifica HERENCIA.
 ANTONIO DESCANSA EN PAZ
        
AL CAER LA TARDE

¡Que luz  tenía la tarde!
que triste y sola estaba
cuando aún le daba
sombra  al caño el olivo.

El silencio se paseaba
por entre los arcos,
aromatizados por
bellos pebeteros

que fueron testigos de
siglos de culturas nobles
plenas de amor y
sentida poesía.

Llegó el lubrican
apagando el día, los
naranjos expandían
su aroma al cielo.

Mil rayos de estrellas se
reflejaron en sus pupilas
de amorosas miradas,
negras como la endrina.

La  arrebatada pasión
de su alma entreabrió
sus sedientos labios
de amor, de deseo…

Así aguardaba la llegada de la noche, la doncella de raza judía soñadora y enamorada, de su amado en el patio de los naranjos de la Mezquita más bella del mundo.

Af. 2012