jueves, 20 de julio de 2017

PERDER EL TIEMPO



PERDER EL TIEMPO
           

            Hay muchas veces en que el tiempo no se pierde. El tiempo se gana; siempre que lo sepamos dedicar a lo que debemos en su momento.
            Hoy, día 20 de Julio de 2017, aquí, en Alicante, estamos a 39º a la sombra (11 H.). Hay personas, que podrán  estar en traje de baño refrescándose, en las indistintas playas y calas que tenemos y según la zona, estarán más o menos cómodos por todo el litoral. Su tiempo y sus vacaciones se lo están permitiendo y no lo pierden. Ganan en descanso y en relax, y, al mismo tiempo, hacen nuevas amistades con su “clarita” en mano y garganta, trocando, por la acción de nuestro SOL, una tez blanca y deslavada por otra, de un color morenito y favorecedor.
            Yo, precisamente hoy… Hoy, estoy algo disgustada. Un retraso “burrocrático”, me tiene impelida a no poder moverme y estoy pendiente del “ring” de mi teléfono, aunque metafóricamente, se podría tratar del “ring de la vida”, en el que lucha: El bien contra el mal. El fuerte contra el débil. El inteligente contra quien lo es menos… (Y, sigue, y…, sigue)
            Muy rara vez se lucha “igual contra igual”.
¿Por qué?
            ¿Por qué no hay “dos cosas”, “…, dos algo”, “dos circunstancias”, “dos personalidades”, “dos brazos de igual fuerza”, “dos almas gemelas”, “dos prudentes o dos viperinas lenguas”, “dos actitudes a la par”, “dos bellezas o dos fealdades”, “dos inteligencias…”
Nada es igual a otra cosa. Todo y todos es distinto y somos distintos.
      Yo hoy que me he confesado enfadada, estoy pensando que, también hoy, tengo motivo de alegría porque estoy pensando en un sabio del que he leído su biografía, sus logros intelectuales, entrevistas…, y una frase de él, me ha motivado a copiarle y quisiera seguir al “dedillo” su ejemplo.
            En una entrevista que he encontrado en Internet nos dice:
“No me hace falta leer el “Quijote”, ya me lo sé”.
            Me ha parecido tan rotundo FRANCISCO RICO MANRIQUE (28/04/1942), tan maravillosa su capacidad, con todo lo que conlleva en horas y tiempo ¿perdido…? ¿ganado…?, de estrujar  y derivarse la Filosofía que portan siempre DON QUIJOTE y SANCHO, con todos sus múltiples  personajes. Esta entrevista nos sabe dar mucho para pensar y, cualquiera y tan solo una sola de sus frases, emociona y ¿cómo no? Yo: ¡Me he emocionado! Estoy contenta por esto, que puede cubrir mi impotencia ante hechos en mi propia vida cotidiana, porque frases y sobre todo ese “SENTIR la cultura por la cultura, que demuestra el profesor mil veces premiado D. Francisco Rico Manrique, nos hace falta a todos, y nos libera y nivela, ante otras circunstancias y hechos, que, por lo “surrealistas”, parecen pesadillas.
                 ¡Hay que rectificar! Todos lo tenemos que hacer.
Cuando han de rectificar otros con respecto a nosotros, hay que autosugestionarse:

“Despacio, que adónde tienes que llegar, /es a ti mismo”

Y así, parafraseando a Juan Ramón Jiménez con unos versos de sus “ETERNIDADES”, tratamos de evitarnos males mayores
            Otra frase emocionante en esta entrevista del 9/01/2016, que he leído del diario “El País” de Cataluña, por el milagro de Internet (otras comunidades también…), es la siguiente:
            “No necesito ser rico, tengo una pequeña fortuna propia, con la cual puedo permitirme todo lo que de veras me apetece. Por ejemplo, como decía Umberto Eco, tomar todos los taxis que me convenga”.
            Estos pensamientos libres, limpios, si queremos hasta ingenuos que actualmente me parecen: “SUPRAHUMANOS”, — no en vano estamos en la era de la codicia— son, creo yo, para recapacitar, para profundizar, para pensar. A mí, modestamente, me dan un alivio, y siempre, además, esperado, porque ¿podrían estos seres privilegiados, ser asesores en cualquier gobierno? ¿Querrían? ¿Se comprometerían? Así cesaría, la: Injusticia, ante tantas acciones y hechos. La burla ante quienes son o se presume más débiles, distintos o diferentes, desfavorecidos, marginados, olvidados…, porque no tienen voz, pero que SON: seres humanos que necesitan SER, y  ESTÁN y… ¿… ESTAMOS?, que son  y/o, SOMOS juzgados y ofendidos continuamente.
            Nuestros pequeños problemas, ante los grandes y diarios, de algunas personas que EXISTEN y pasan por nuestro lado, son minúsculos, pero también en los más afortunados se producen abusos. Los intentan. Retroceden. Se envalentonan. Van a seguir incordiando, y haciendo daño. Lo sentimos porque nos arañan, tanto nuestras mentes, como nuestra dignidad.
            ¡Me gustaría ser tan contundente como el profesor RICO!
No tendríamos, nadie, porqué vendernos. Todos tenemos o deberíamos tener, para taxis cuando nos convenga… (No necesitaríamos nada más que un  buen libro para el camino, _ y una botellita de agua fresquita, para paliar estos terribles calores_).
            Quiero citar a José Luis Sampedro cuando en una de sus entrevistas de la Sexta (T.V.), contaba la anécdota que refería Madariaga en su libro editado en 1930, “ESPAÑA”, y narrando la reacción de uno de los obreros en paro, al querer ser sobornado y comprar  su voto,  le tira, al intermediario,  los dos duros que le querían comprar  para el cacique que quería gobernar,  gritándole ¿a estómago vacío? y lanzándoselos a la cara: “¡En mi pobreza mando yo!”.
            ¡Maravilla de personas! Yo querría formar parte de ese gremio. Yo me apuntaría gustosa: Querría ser buena…, buena… ¡Hasta ahora, siempre lo he intentado!
           Todos, creo, querríamos gritar: “EN MI POBREZA MANDO YO”.

Documentación: Esta reflexión, sobre la figura de Francisco Rico Manrique, ha surgido por el interés de conocer un poco más, al director de la Tesis Doctoral de Fidel Sebastián Mediavilla, que consulté a colación de mi anterior trabajo sobre MATEO ALEMÁN DE ENERO (ALICANTE 14/07/17)

Ilustración de: "Zapatos fuertes para EL CAMINO"

ALICANTE 20/07/2017
Mª Jesús Ortega Torres
           

           


            

martes, 18 de julio de 2017

PREGUNTÉ Y PENSÉ




PREGUNTÉ Y PENSÉ

¡Qué bello está el MAR!
Por él, HORIZONTES yo puedo mirar.
…PUM, PUM
¿Deja entrar?
Al MAR le pregunto
¡Me ha de contestar!

Hay muchas gaviotas volando
¡Allá, lejos!

…Saludo. Mi mano las llama
¡Ya las veo venir!
¿Me subís?
¿Llevadme  allá,
al HORIZONTE?

Me miran, se marchan
¡…Me hacen desistir!

Yo, sigo mirando el azul HORIZONTE.
¡Cada vez, más cerca!  A él, llegaré
como hacemos todos: Nuestra única vez.
Y mientras… Descalza,
mis pies en las aguas,
pasean mojados, su inocente orilla.
Pregunté y pensé:
Despacio. No hay prisa.

¡No hay prisa!
¡Despacio…!
¡…No hay prisa!
¿Por qué…?


TORREVIEJA 16/07/2017
Mª Jesús Ortega Torres





sábado, 15 de julio de 2017




VIDAS ETERNAS.  Hoy…: MATEO ALEMÁN DE ENERO


“Donde  la fuerza oprime, la ley se quiebra”
       
            MATEO ALEMÁN DE ENERO

           
            Mateo Alemán de Enero nacido en Sevilla en 1547, y que falleció en Ciudad de México en 1614, fue un pensador, y escritor e investigador de la palabra y de nuestra lengua, que con su novela picaresca “Guzmán de Alfarache”, marcó una nueva forma literaria que se convirtió en clara fuente en la que bebieron, no solo sus coetáneos, sino que sirvió para definir y clasificar un estilo y una época con su: “toma de tierra”, ante una realidad, que se ha ido transmitiendo de generación en generación, ya que observamos por la experiencia, que el “ser”, en esencia, no cambia, y sí lo hacen: “tiempos y circunstancias”. Todos nosotros creemos vivir unos hechos que nos son “propios” y pasa que, por nuestra condición humana (¿genética?, ¿de imitación?, ¿evolucionante o involucionante…?), se nos  han transmitido, como “calcados”, a pesar de los siglos transcurridos.
            El carácter misantrópico de Mateo Alemán, queda reflejado en su “Guzmán de Alfarache”, porque imbuido en su pesimismo, ve la continua caída del hombre  que aunque trata de enmendarse no lo consigue. Esa lucha interna por sobrevivir a una adversidad,  no lo ayuda, sino antes al contrario, le va hundiendo hasta lograr destruirle pues adquiriere unas experiencias, que le hacen más sagaz en cuanto a sus propias maldades.
            En nuestro autor, se ve reflejada su propia adversidad. La muerte de su padre no le permite licenciarse, y sus estudios en Humanidades y Medicina, se finalizan de modo forzoso,  ante la precaria economía familiar y sin la titulación pertinente. Durante toda su vida  estuvo endeudado, y obligado, muy a su pesar, visita, como preso, la cárcel en diversas ocasiones. Con el propio horror en su misma piel, sus conocimientos humanísticos y el horror percibido en otros, que tiene que soportar, cuando ejerce de juez visitador, en las minas de mercurio de Almadén, y que deja como testimonio en su “Informe secreto”, denuncia hasta dónde es capaz de llegar una mente humana, que, embrutecida o enferma, abusa de su “poder”, y hace auténticas vilezas sobre personas a quienes cree inferiores: los esclavos y los forzados, que hasta entonces y en aquél tiempo se seguían haciendo.
            Mateo Alemán de Enero, publica su más famosa obra, “GUZMÁN DE ALFARACHE”, en dos volúmenes o partes, siendo la primera parte publicada en el año 1599 en Madrid y la segunda parte en el año 1604 en Lisboa. Él se fija en la puntuación. No la deja en manos del “corrector de la imprenta” o para el gusto del “cajista”, y  además, no solo fonéticamente sigue puntualizando lo que piensa…, lo hace filosóficamente, y lo hace, dando todo el sentido que la fuerza de una palabra puede tener como continente y contenido de una idea, consciente de que, esta, la idea, es el contenido de un sentimiento humano que es el producto o resultado de querer ejercer las mejores, por antonomasia, prerrogativas del “SER”: su LIBERTAD, su DERECHO a la VERDAD, su RESPETO a sí mismo y a los demás por el buen trato como PERSONAS, porque al analizar su obra, se deduce su tendencia moralista.
            Con su “GUZMÁN DE ALFARACHE” y, preludiando a las demás novelas picarescas, marca un estilo literario y convierte en el SIGLO DE ORO, y por primera vez, una novela, la suya, en “best seller”, pues cuando no pudo más por los agravios sufridos de otros escritores que quisieron hacer suya una segunda parte (Juan Bautista del Rosso y Mateo Luxan), y se decide a escribir y publicar la segunda parte. Su novela se tradujo al italiano, alemán, francés, inglés  y al latín, siendo inspiradora para que D, MIGUEL de CERVANTES escribiera su “DON QUIJOTE DE LA MANCHA”.
            Mateo Alemán, dedicó su vida a pensar y con una lógica natural, quiso, en el país que sería el que le acogiera también para su última morada, Ciudad de México, escribir un “Tratado sobre Ortografía” en el que hace hincapié, de la importancia de la puntuación en los textos.
            Con este autor y por su obra “El Guzmán de Alfarache”, conocemos el oportunismo que entre los escritores había, al querer adjudicarse como suyas, las ideas de los otros, que, estando mejor preparados para la escritura y siendo más creativos e inspirados, a veces, tenían que ver, como sus “colegas”, les arrebataban sus ideas que, por cuestiones crematísticas, no habían podido legalizar.
            Esta breve semblanza la debo terminar con otro pensamiento de este autor que, en, y desde su experiencia nos dice:

“Todos vivimos en asechanza los unos de los otros, como el gato para el ratón y la araña para la culebra”


Fuentes en:
                    Sentencias tomadas de los Calendarios: “Mirga” y “Sagrado Corazón”
                    Tesis doctoral de Fidel Sebastián Mediavilla, dirigida por Francisco Rico Manrique sobre:
                                                    “La puntuación en el Siglo de Oro”
                     Programa de Literatura Española (Departamento de Filología Española el  15/09/2000)).
                                                                 
Y
                     Wikipedia

 Imagen gráfica tomada de Internet (Ley de correspondencia).

ALICANTE 14/07/2017
Mª Jesús Ortega Torres





domingo, 2 de julio de 2017

ESPERA (...Divagaciones, disquisiciones)




ESPERA
(…Divagaciones, disquisiciones)

            Hay diez minutos que se convierten en dos horas por el arte de la espera. Sí, esperar es un arte, porque se puede transmitir y después de haberla hecho protagonista, se puede derivar como:
 “Alegría” —las menos veces—,
 “Odio” —tampoco es para tanto—,
“Resignación”— las más de las veces—,
“Venganza”: ¿Por qué?

            Yo hoy, en esta mi espera de hoy, me vengo. Me “vengo” de las palabras que no me dijiste, y que aunque pudiste haberlas dicho, quedaron en un fondo: En el tuyo o en el mío. En el mío o en el tuyo…: Congeladas. Añoradas. Deseadas. Ilusionadas. Anheladas, pero, sobre todo: ¡AMADAS…!
            Sí, porque esas tus palabras, de esa espera, que el sagaz tiempo, pudo prolongar, después de los segundos,  minutos y horas, a días, a semanas, meses y a años, después de eso y sin haber perdido la esperanza, seguimos luchando con la misma o mayor ilusión de nuestra alma, recordando voces en verso o prosa que te identifican. También miradas claras. Tacto suave, mas, no etéreo y aromas de acacias o madreselvas floridas y salvajes, no contaminadas.
           
            ¿Qué es una espera, si no una risa loca?
            ¿Qué es una espera, si no una o más lágrimas?
            ¿Qué es una espera si no hay en ella un sueño?

Creo que sin esto, la espera, no sería nada.
No existiría el tiempo, la risa, las  lágrimas.
Tampoco la alegría, la resignación ni el odio y la venganza.
           
            Qué  pena que la espera sea tan prolífica, pero tan poco astuta y tan vana. Que viva solo de sueños, de recuerdos. De batallas por hacer y de la nada.
            Qué felicidad, pensar en cuando acabe. Qué felicidad pensar  en cuando acaba. Si no hay muerte, hay un destino, que colma y llena de anhelos sus batallas.
¿Cuándo llega?

¿Qué ha de llegar en la espera?
¿Lo sabemos?
¿Por qué evitar sorpresas?
¿Presentimos?
¡No perdamos más el tiempo…!

¡Adiós! ¡Adiós…! ¡Solo me queda pensar!

ALICANTE 1/07/2017
Mª Jesús Ortega Torres