TRES VIAJES:
Silba,
silba… Silba el tren por el caminito llano. / Veo castillos y paisajes de
montañas y de campos. / Silba, silba…, que ya llegas al destino requerido, /
unos bajarán aquí, otros: seguimos camino. / Porque la tierra es redonda ¡Da
para mucho este sitio! /
Bailan
gnomos en el bosque, las hadas vuelan al cielo, / y, con su varita mágica,
tocan todo y lo hacen bueno… / Madreselvas y otras flores como una alfombra en
el suelo. / Los pájaros con su piar, forjan su entretenimiento, / y yo, escucho
sus rumores, mientras tanto: ¡Me paseo…! / Pues vamos poquito a poco y
atravesamos el tiempo. /
Bosques,
prados y trigales…, también a la luna he visto, / pues no ha salido aún el sol
y voy en este tren / en busca de un camino, en busca de un destino. /¿En busca
de un amor...?/
Quijote
soy de aventuras, sueños, y fantasías, / que también las hay de amar… La luna
me sonríe y también sonrío yo, / porque el viaje que he emprendido, es un viaje
de ilusión… / Pasión con ilusiones. Ilusión con mi pasión. / Marcha, marcha.
Silba, silba… No te detengas, no. / ¡No te detengas, nooooo…! /
El
paisaje es de cuento: Enanos pinos, rosadas nubes, / casitas de caramelo sin
bruja ni ogro dentro. / Solo hadas, príncipes, princesas, reyes, reinas y paz
quiero encontrar. / Están ahí, escondidos, y yo los quisiera hallar. /
Todo
en la vida es poesía y tan solo hay que encontrarla, / pues muchas veces se
esconde, o no vemos donde está. / Si hallamos la inspiración, / con diligencia
anotamos lo que ella sugirió. / Lo escribimos y contamos, vamos haciendo camino…
/ Y seguimos en las vías sin estridencias, sin ruidos. /
Ahora
entran unos niños, / y nuestra paz terminó. Ellos también tienen alas, y, / como el “Ave”,- atravesando
valles, traspasando montañas-, / y captando
en sus mentes los bellos paisajes / y con sinceras y espontáneas palabras, /
conservan la ternura, conservan la ilusión, / hacia un nuevo lugar que les
recibe y espera. / Gritan mucho, ríen más, alborotan, nos alegran, / ninguno
porta disfraz. Son así, tiernos, auténticos, / la merienda tomarán y entre
juegos y alegrías, el viaje terminará. / Tarde alegre. De contento para todos,
/ de inolvidable recuerdo y de emotivo final. / El camino no se acaba, ni al
principio ni ahora mismo / pero a todos
entusiasma, si se llega a terminar… /
Día
nuevo: Nueva opción... / Veo a dos
adolescentes, / que pelean por
pulsar el botón del ascensor…/ La mayor
tiene ya un novio / ganó el pulso a la menor. Y río, río contenta, / ¡en el
mundo aún hay inocencia…! / Y sigo, sigo pensando yo, qué hacer para que no se
pierda…/
¡Que no se
pierdaaaaaa…!
De
la capital me traje, el encanto de Cézanne, / la imagen de su montaña…, Sainte
- Victoire. Una imagen sin igual. /
Y
estoy emprendiendo otro viaje sin maleta: / Con mi alma…Bastan unas zapatillas
y subir a esa montaña. / Y arriba tocar el cielo, porque abajo no lo encuentro/
dormir bajo las estrellas y que me despierte el sol, / con fulgores y calor que
en las cumbres llega antes/ y no te los quita nadie.
“Corre, corre
borriquito…”,
¡No es
borriquito…! / Es el tren, que nos
conduce, transporta, y solo se mueve él… / Corre, corre trenecito…, tengo prisa
por llegar. / Si no corres yo me duermo, y quisiera estar despierta, / para ver
esos caminos, pueblos, montañas y valles, / que encuentro sin esperarlos…
¡sorpresas que tú me das! Para, para… ¿A quién esperas?/ ¡Ay, que llegaremos tarde…! No te demores y atiende: Tú
marcha siempre “pa alante”. / Y ahora, empiezas a andar lento, / dentro de
nada, caminarás más deprisa… / ¡Correrás. Tú correrás…!
¿Y, encontrarás la fuente? /
“Aquella eterna fuente está escondida
que bien sé yo do tiene su manida
aunque es de noche”
Leo…, leo versos de San Juan de la Cruz. /
Palabras bellas que nos elevan. Nos dignifican, también nos transportan. / Y yo
voy en el tren; con esas palabras camino…: Encontrar la fuente… /
Sigue.
Anda…, ya volamos un poco. Camino de hierro que no se oxida, / aunque no pueda
parar el tiempo. /
La mañana, la tarde, la madrugada, se suceden
y pasan. / Los raíles del camino, nunca descansan. / Estoy subida a un tren. El
tren me está a mí llevando…/ No me pierdo en el camino, el tren me está
transportando. /
El
arco iris, salió; yo lo vi por la mañana, / toda la noche lloviendo y ahora, al
fin, llegó la calma. El paisaje iluminado; / olor a tierra mojada; los paraguas
al armario: ¡Luce el sol…, azul la trama! /
Unos charcos y unos niños se divierten…, cosa
sana y natural a la vez. Si se distraen, se calman. / Los mayores, presurosos,
a sus trabajos, que aguardan. /
Y…,
rueda el tiempo. Es un aro. De dar vueltas, no se cansa, y, con él rodamos
todos, / hasta que un día, ese tiempo, / ese aro, cesa y todo lo andado, para.
/ Para y cesa nuestro tiempo, porque / se acabó y se acaba el plazo que se nos
dio, / y seguirá para otros, hasta que lo mismo ocurre, hasta que lo mismo
pase, / porque nuestro tiempo manda. /
Todo
el viaje voy de espaldas, / mirando lo que dejamos… ¡es natural!,/ y, asentada en el presente, / veo pasado que
fue y futuro por venir, / que es el presente que avanza. ¡Con mi mano, voy a
alcanzarlo…!/
Un
pantano natural y unas canteras, / hay al borde del camino. En el suelo la hojarasca.
/ Montañas escalonadas que llegan… / ¡Tocan el cielo en esta mañana clara! / Un
pueblecito, apaisado, aparece allá… En lo alto. / Casitas todas iguales, un bosque lo ha rodeado. / Adivino que un
jardín, adornará sus moradas, / y que con flores doradas, rojas, naranjas y
malvas/ y perfumando el ambiente, al pueblo han de engalanar. /
Energía
eólica encontramos… Llena campos y montañas / y da vueltas sin parar. / Es
mágica su energía. Energía de la tierra. Energía natural… /
Lo
hemos recorrido todo. Bueno, bueno…, /casi todo y para hoy, hay un final. /
Descubrimos…: Una luna, nubes rosas y una fuente; / un pantano, unas canteras.
Ingenuas adolescentes, / trigales y borriquito
…Niños,
campiñas, riberas, / príncipes, princesas, reyes, reinas, hadas con varitas
mágicas, también gnomos; / el sol,
pueblos en montañas…/ Flores más imaginación, por sentir en mí, esos perfumes,
con solo ver su color. / Todo desde una
ventana: Ventana de la ilusión. La ventana de mi tren / que, con el aro del tiempo y la energía de
los sueños, se mueve y gira a la vez.
Ilustración: Una obra de Cézanne con uno de sus paisajes preferidos: "La montaña Sainte-Victoire", fotografiada por mi en MADRID en la Exposición del Museo Thyssen el día 11/04/2014.
SANTURDE DE RIOJA 16/05/2014 >>> ALICANTE
17/09/2017
Mª Jesús Ortega Torres