MIGUEL
DE CERVANTES
WILLIAM SHAKESPEARE
En
cualquiera de las páginas de todas las
obras de Cervantes o de Shakespeare, abiertas al azar y por poco observadores
que seamos, comprobamos que brotan enseñanzas de modo espontáneo y que aunque
no nos supiéramos el contexto, todo tiene sentido por sí solo.
Hoy
conmemoramos, el “Día Universal del libro” porque hoy que es 23 de Abril se
eligió como tal, para ensalzar su gloria y sus enseñanzas. En este día de 2016,
se cumplen cuatrocientos años de la muerte de ambos autores, de los dos genios,
de los dos filósofos, de los dos escritores que, en nuestro mundo, se han hecho universales porque nos han transmitido
sus conocimientos de un modo audaz, inteligente, exacto…, de este variopinto
mundo, sabiéndolo todo de todo. Todo, además, de todos nosotros, porque después
de tantos cientos de años de diferencia, seguimos siendo los mismos que ellos
describieron en sus libros.
El
español Miguel de Cervantes, no solo escribió “El Quijote”. Conocemos su
legado y es muy extenso, además, siempre muy inspirado, pero este es su
libro—nuestro libro—, más universal y que en un castellano rico y llano a la vez, nos cuenta la historia de cada uno de
nosotros, ya que sus dos personajes principales el “ingenioso hidalgo” Don
Quijote y Sancho Panza, representan la locura y la cordura, que forjan la
personalidad del ser, en todo tiempo y lugar. Cervantes es sarcástico, irónico,
atemporal, profeta, didáctico y sobre todo un sabio modesto. Tiene muchas más
cualidades y al igual que su coetáneo William Shakespeare, nos las transmite
con pasión. Como el autor inglés, tiene enemigos y en su profesión, rivalidades muy patentes entre los escritores
y poetas de su tiempo… Él se sabe reír de sí mismo, lo demuestra continuamente
y esta cualidad está muy explícita, cuando se auto-cataloga de “asno”
(Rocinante), en estos versos contenidos en la primera parte de su “Don Quijote
de la Mancha”, en el que Babieca sería
su rival eterno: Lope de Vega…
DIÁLOGO ENTRE BABIECA
Y ROCINANTE
Soneto
B.¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R.Porque nunca se come, y se trabaja.
B.Pues ¿qué es de la cebada y de la paja?
R.No me deja mi amo ni un bocado.
B.Andá, señor, que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R.Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miraldo enamorado.
B.¿Es necedad amar?
R.No es gran prudencia.
B.Metafísico estáis.
R.Es que no como.
B.Quejaos del escudero.
R. No es bastante.¿Cómo me he de quejar en mi dolencia,
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinante?
A William
Shakespeare, creo que se le podrían atribuir las mismas cualidades que a
nuestro D. Miguel de Cervantes Saavedra. Su obra, rigurosa, sigue siendo leída y
reconocida también en todo el orbe, y aunque la autoría de las mismas se
cuestiona desde hace mucho tiempo y se piensa en otros literatos de la época que están avalados por matemáticos y
científicos como Georg Cantor (1845-1918) autor con Dede Kind y Frege, de la "Teoría de conjuntos". Cantor afirmó y quiso demostrar, que sus
obras fueron producto de la sabiduría
del estudioso Francis Bacon, que usó el pseudónimo "Shakespeare", para no ser reconocido. Casualmente,
las letras del nombre de Shakespeare unidas al de Francis Bacon, suman la cifra
de treinta y tres, número emblemático en la masonería. La verdad, es que
Shakespeare, fuera como fuera, existió y pudo ser él mismo. Todo pueden ser
conjeturas de quienes le vieron medrar desde su propio hogar, ya que su padre
llego a ser alcalde del pueblo que le vio nacer en Inglaterra,
Stratford-Upon-Avon en 1564, y siempre hubo envidiosos en las mismas profesiones…
Sabemos, “a ciencia
cierta”, que la experiencia es una
gran maestra, y el autor inglés, se acostumbró a observar y escuchar a los
actores y a participar con ellos en representaciones, en la compañía de teatro
que su padre dirigía. Sabemos también de sus gustos literarios y que frecuentó
a los mismos autores que nuestro Cervantes. Los escritores clásicos para ellos,
no tuvieron secretos y de Apuleyo, Homero, Virgilio…, bebieron, repitiendo lo
que siempre se ha hecho en todas las artes: acomodarlas a su tiempo.
Cervantes en lo
material, no pudo medrar—aquí siempre ha sido la envidia: crónica, con
constantes brotes agudos—, él vivió y hasta murió, con muchas dificultades. Sí
nos transmitió, sin embargo, su altura ética, y sus aforismos también dieron y
siguen emitiendo una nota preliminar o final, a cualquier pensamiento que
creamos de “cosecha propia”. Ambos, el alcalaíno Miguel, con cierto optimismo y
el “Bardo de Avón” William, con su dramatismo, fueron quienes mejor hicieron
que la literatura avanzara con nuevas formas y que el arte de la escritura, a
partir de ellos, fuese considerado como tal y fuese, además, mejor valorado.
Cervantes fue el precursor del “realismo mágico” con sus “Novelas ejemplares”.
Shakespeare dio al teatro una innovación que perdura.
Con unas sentencias
de estas dos grandes personas, les rendimos nuestro modesto homenaje.
“Antes que nada ser verídico para contigo mismo y así,
tan cierto como la noche sigue al día, hallarás que
no puedes mentir a nadie”. (Hamlet)
WILLIAM SHAKESPEARE
“La libertad es uno de los más
preciados dones
que a los hombres dieran los cielos”.
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
“Nuestra gloria no es humo que pueda
llevarse el viento”.
SANCHO PANZA
“El sabio no se sienta para lamentarse,
sino que se pone alegremente a su tarea
de reparar el daño hecho”.
WILLIAM SHAKESPEARE
“Aún entre los demonios, hay unos
peores
que otros, y entre muchos malos
hombres,
suele haber alguno bueno”.
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
Bibliografía:
Aforismos y proverbios de “Proverbia” (Internet)
Deducciones personales por: Libros, Tertulias, Radio, Prensa y
Televisión,
con algún conocimiento de la obra de los dos autores.
ALICANTE 23/04/2016
Mª Jesús Ortega Torres