viernes, 24 de enero de 2020

MORBO




MORBO


(Hojas de Ensayo)

               “Amar a alguien, es verlo
                 como Dios lo concibió”.
                 FEDOR DOSTOIEVSKI

            Comenzar estas “Hojas de ensayo”, con una cita de FEDOR Dostoievski, y además, con una cita que empieza con la palabra “amar”, creo que es un lujo y, también, lo más que podía soñar porque creo que en el morbo, lo que no se da es la palabra amar ni amor, hacia quien nos lo produce, se da una curiosidad que pasa de ser patológica a algo más, ya que se pierde una cualidad intrínseca llamada RESPETO,  que puede permanecer por su práctica o decrecer y desaparecer por no usarlo o por algo muy común: el “amiguismo”.
            En la tercera acepción de morboso-a, leemos que: “Se aplica a lo que puede provocar emociones o sentimientos malsanos y a las personas proclives a tenerlos” (Diccionario de María Moliner). El “morbo”, se define en el mismo diccionario  como “interés o atracción malsanos por lo desagradable, lo prohibido o lo inmoral”. Por inmoral se indica “que se falta a la moral”, es decir, a las buenas costumbres en costumbres sexuales y en personas que cometen o pueden cometer atrocidades, en sus actos, contrarios a la moral. En lo “amoral” hay una falta de valoración moral. En lo amoral no hay moral.
            Para que haya morbo, tiene  que haber un objeto, animal, o persona que lo cause o lo inspire, y una o varias personas, expectantes y proclives a sentirlo. A veces el morbo por una persona, se da, simultáneamente, en un grupo y aunque no es amoral ni pernicioso el desarrollo en demasía de la curiosidad, por el argumento de una novela de misterio, crímenes o sencillamente de “amor y lujo” y nos podrá llevar a ser clientes del morbo si nos acostumbramos  siempre, en su recreación.
           
En el Eclesiastés se lee:
                          “La lengua de  los sabios está en su corazón; la de los necios en su boca”.

            Es fácil hablar, y más del  otro o de los otros, nos concierna o no. Le queramos, o no lo conozcamos y a tenor del Eclesiastés, a veces hablamos, muy precipitadamente, de lo que se ve, no de lo que se siente o se puede sentir, haciendo de una historia de algo que nos es ajeno y que no es nuestro, un cuento fantástico por la gran porción de “añadidos” que entre todos se han ido agregando y con sus distintas fases, y como consecuencia, el hilo se ha  alargado.
            La persona o personas que provocan el morbo, no suelen ser conscientes de que lo están provocando…, de modo inmediato… Sin embargo para el observador hay una fase de sorpresa, que da paso rápidamente a una mayor atención y posteriormente se puede pasar al olvido o a seguir “hilando” y por tanto, al morbo.
            Da mucho morbo el colega de trabajo que tiene un mal día y no da “pié con bola” en lo que está haciendo, y es su compañero de toda la vida, quien le denuncia a los demás, y ríen todo el tiempo, a sus espaldas, en vez de ayudarle. Si de los tropiezos en el trabajo se pasa a los “tropezones” de la calle, hay situaciones morbosas, en los que las personas que están cayéndose, no terminan de caer, y se forma un grupo rápidamente, que, en vez de ayudar a que no caiga, parece que aplauden la gracia, lo que causa mucha consternación en la víctima. Esto último puede ser metáfora física de risas muy dañinas ante los fracasos y temores que notamos en los demás en muchos momentos.
            Como sabemos, las enfermedades mentales tienen diversos grados en sus diversas categorías y una clínica diferenciada según su canon de clasificación  pero cuando no se está en crisis aguda, el enfermo mental es una persona que no requiere tantos cuidados especiales aunque sigue percibiendo, por parte de algunos  observadores, una curiosidad por todo lo que concierne su estado, rayando en lo patológico, y que va a herir su sensibilidad aunque esté en una fase crónica y no aguda y le va a seguir marcando al  no ser afecto lo que se le está ofreciendo, sino un merodeo a unos trances, que son la “clínica” de una enfermedad en la que apenas se les permite “ser”, y, ellos, los observadores, morbosos e impacientes, pueden hacer y hacen daño cuando no se vislumbra ni un ápice de afecto y todo lo que van a hacer o han hecho, sus “blancos de atención”, se mide y cuestiona con lupa y de modo desmesurado. Causan una curiosidad impresionante hasta en el personal sanitario y alguno de ellos no han dudado al decir, seriamente, que “darían tres años de su vida por experimentar lo que siente un enfermo mental, en estado agudo”, y al comentarlo, especificaba que siempre le había cautivado la fase en la que las alucinaciones  llevan a estos enfermos a otras realidades, imposibles de vivir e imaginar en estado normal.
            Que no se mire ni reaccione igual con los enfermos renales, cardíacos, diabéticos…, que en la enfermedad mental, el paciente es muy consciente, y también lo es, del exceso de celo por parte de todos y de la insignificancia de dicha actitud en otras patologías. No lo manifiesta hasta llevar tiempo con esa carga, y cuando lo hace es porque le ha producido más tensión.
            En  la novela “El ruido y la furia” (1929), estos matices los ha marcado de un modo magistral su autor William Faulkner (1897/1962), que en dicha novela, el pequeño de los hijos de la familia,  que hábilmente va diseccionando, nos muestra un ejemplo muy elocuente de lo ya comentado, en cuanto a observación y silencio, en unos enfermos con unos estigmas, no, obligatoriamente, irrecuperables.  
            Los accidentes de carretera y también, los accidentes urbanos, en el momento de suceder llevan al éxtasis a muchas personas que se petrifican y amontonan para mirar, sin posibilidad de hacer nada para cambiar una fatal situación a mejor, y esperan a la ambulancia, siendo en muchos casos que quien llega es, por desgracia, la funeraria… Y, ahí están…, inmóviles y como viendo  un interesante espectáculo, que, por supuesto, hace mover y aumentar algo más la adrenalina en los organismos. En los años 50 del pasado siglo, el periódico “El Caso”, aquí en ESPAÑA, tenía para la época en que se editó, una tirada increíble si  tenemos en cuenta que además de crisis económica había bastante más apatía cultural que actualmente, y por supuesto, menos interés que en los actuales tiempos por la información, pero “las malas noticias venden más que las buenas” y este aforismo ya se sabía a mediados del  Siglo XIX.
            Hay anuncios en periódicos y otros medios de comunicación, pasando a otra forma de producir morbo, en donde se especifican de modo claro los deseos de parejas de matrimonios, para juegos sexuales, teniendo al marido como el que mira, llamado en estas actividades “voyeur”…
            En sus preliminares, el cinematógrafo contó con que algunos científicos, filmaban sus pruebas para poderlas ofrecer a un público que quería saber y se interesaba y a veces con esta presentación se evitaban grandes males. Thomas Alba Edison (1847/1931), filmó el efecto de  la corriente alterna en un elefante (con el resultado de su muerte), para posteriormente publicarlo y que se tuviera presente su peligro.
            Muchas son las películas cinematográficas que suscitan el morbo por su argumento, secuencias, actores y/o, actrices… En la película “Psicosis” (1960) que dirigió Hitchock (1899/1980), se originó mucho morbo y esto sin haberla estrenado siquiera, porque en su anuncio publicitario, se puntualizó con cierto énfasis, que no se admitiría la entrada a nadie si estaba, ya, la película empezada, puesto que el argumento debía de ser seguido desde el principio. Se terminaron las entradas, y en todos  los lugares donde se exhibió, hubo “lleno total”. Desde luego, el llamado “padre del suspense”, Hitchock, supo tocar la fibra a sus seguidores y Psicosis, fue récord de ventas a empresarios cinematográficos y en ventanilla.
            De la película “El último tango en Paris” (1972), cuyo famoso director Bertolucci, (1941/2018),  se adelantó con un erotismo, muy explícito, a su época, se recuerda la escena de “la mantequilla”, y  también se recuerda que, ante la imposibilidad de verla en España, hizo pasar la frontera a muchos españoles…
            Actualmente y por otro lado, tenemos a Lars Von Trier (1956), que con varias películas de corte erótico, todas coinciden en que producen  morbo por lo inmoral y amoral de sus imágenes de sexo y textos. Muy lejos de lo  que pensaba el director al hacerla, la última película de Trier: “Nymphomaniac” (25/12/2013), que es, lo que parece: sexo explícito. Ha tenido y tiene dificultades de distribución y divulgación: Las pocas salas que se han atrevido a aceptarla, no se llenan. Daniel Bajo, responsable de Ventas de “Karma” desde “El Confidencial” (7/04/014) y haciendo referencia a “La vida de Adele”, opina que: “el sexo gay es más tabú que el sexo lésbico”. En la citada entrevista, se nos cuenta que pasa también con las películas de sexo gay, que los productores no recuperan lo invertido, porque son consideradas como “muy fuertes” y acude muy poca gente a las escasas salas en donde las han aceptado y se reproducen. La expresión “muy fuerte” se indica con la advertencia de que alguna secuencia “puede herir la sensibilidad del espectador”, y también se suele indicar en películas y documentales que nos muestran las matanzas y descuartizaciones físicas en los seres humanos, por guerras o por crímenes, con la diferencia de que en algunos países, hoy en día y en este siglo, el XXI, no existe la posibilidad de acceder a proyecciones sobre temas y ambientes homosexuales por la prohibición y castigo en todas las formas que la naturaleza, arbitrariamente, ha hecho perceptible. Tampoco, en algunos  lugares, les es posible manifestarse como su naturaleza  les ha definido. Precisamente, por el morbo que sienten de los demás, no se adaptan al rechazo que les manifiesta una sociedad que atisba todo, y les mira como si viesen a unos fieros tigre, león, o a un tremendo paquidermo, en lugar de a un ser humano, nacido felizmente de una Madre y un Padre amorosos y humanos, igual que todos. Actualmente hay avances en  la sociedad que se manifiestan como puentes y no como, anteriormente, barreras.
            Las películas sobre “samuráis”, nos cuentan las tradiciones  de estos guerreros japoneses, que cuando perdían su honor, por un delito de asesinato, robo, corrupción etc., estaban obligados a hacerse el “Harakiri”, que consistía en usar un sable contra ellos mismos y que les provocaba la muerte. Era un rito, en donde el suicida samurái, bebía una copa de “sake” y componía un poema (yuigon) de despedida, en el dorso del abanico de guerra (tessen). Si perdían en la batalla y para no caer en manos enemigas también, opcionalmente, se hacían el harakiri, pues se creían deshonrados y esta era la única forma de morir con honor… Vemos en la ópera “Madame Butterfly”, ubicada en JAPÓN, que compuso Puccini, cómo la protagonista, en el último acto (“Con onor muore”), se quita  la vida con un puñal en cuya empuñadura se podía leer: “Con honor muere quien no puede mantener su vida con honor”, está basada en un hecho real que escribió Long, a finales del siglo XIX.
            Podemos entender que lo que es motivo de honor para unas personas, llegue a ser motivo de morbo para otros. Entendemos que la muerte, el sexo, el misterio,  accidentes y algunos experimentos…,  lleguen a desembocar en él, y que, como todo lo que gusta crea adicción, halla, por tanto, esa apetencia: “Adeptos al morbo”. El desarrollo de una personalidad es complicado y sus influencias son muy importantes, porque dependiendo del grado de rechazo o del grado de aceptación de ellas, seremos más o menos libres en nuestras determinaciones. Tanto de las dirigidas a nosotros, como de las que tomemos sobre los demás. Callar es muy bueno cuando habla otra persona y escucharla suele ser educativo, no obstante es mejor discriminar, si es que no estamos de acuerdo en lo que se nos está diciendo que acatarlo sin expresar nuestra disconformidad porque de este modo aclaramos nuestra posición. Todo tiene un lado bueno a pesar de parecer malo a veces, y su lado mejor está en la enseñanza derivada de una mala experiencia, de/por, otras personas y más en nosotros mismos, que si a “algunos”, les causa morbo, nos debe servir a los demás, para aceptar, como algo con lo que casualmente nos hemos encontrado, o que, hemos provocado de modo consciente o inconsciente.
            Las malas experiencias, dicen algunos sabios que “nos hacen más fuertes”. Pensamos que además, devengan, alguna que otra lágrima. A veces torrentes de ellas y trastornos más o menos graves.

ALICANTE 10/12/2014>>>> (Modificado en ALICANTE el 14/12/2019)

Mª Jesús Ortega Torres

Ilustración: Fotografía de la Playa de los Náufragos en TORREVIEJA (ALICANTE)
Documentación: Wikipedia
                    Diario “El confidencial”
                    “Eclesiastés”
                     Deducciones personales



           
           
           


sábado, 18 de enero de 2020

El calor nos inspira después de una siesta

Imagen relacionadaEl calor nos inspira después de una siesta
porque descansamos, y…
¡En forma otra vez!

Y si lo logramos, habrán nuevos retos
después de los sueños.
¿Dormidos?
¿Despiertos?
…Y…
¿Qué más nos da?

Un río de ideas, con sabias palabras,
llega a cada mar,
y comunicamos lo que vemos nuevo,
que nos asombró,
y, lo que nos gusta…
¡Todo lo que amamos!
¡También lo que no!

Muy poquito a poco,
con nuestros pañuelos,
unos toques mágicos, harán que, al momento,
cesen los sudores que nos trae el calor,
se lea o se escriba...
…Con su inspiración…
Ilustración tomada de Internet
 Alicante 2/07/2019
Mª Jesús Ortega Torres

sábado, 4 de enero de 2020

NO BUSQUES (Es mejor PENSAR que TODO lo tenemos con TODOS NOSOTROS)

NO BUSQUES




NO BUSQUES

 Todo es intrínseco:
El “AMOR”, el “DESDÉN”, la “PAZ”
¡No andes buscando…!

“VIDA”, “ODIO”, “MUERTE”
En ti, para ti  ¡…Contigo!
Con y para todos quienes somos
o fueron.

Todo, todo, lo llevas tú.
Solo tú eliges.
¿…Amigos? …¿Aliados? ¿Enemigos?
Elegir, lo hace el pensar,
también nuestros destinos
 que con nosotros caminan,
que con nosotros, corren y van.

Solo actuar, tras el  pensar.
No odies, antes de pensar,
porque al AMOR

¡…Te lleva un LATIDO!

ALICANTE 20/12/2017>>>15/01/2018
ALICANTE 4/01/2020

Mª Jesús Ortega Torres
Fotografía: "Atardecer en el paseo de la Playa de los Náufragos" en TORREVIEJA (Alicante)

miércoles, 1 de enero de 2020

UNA HORA ANTES. UNA HORA DESPUÉS...





UNA HORA  ANTES.
UNA HORA DESPUÉS…

         Apenas una hora para despedirme de 2019. Un cero a la  izquierda no vale nada, pero con el “2” delante de 019, pasamos a 2019 y está que se va, y no, no…, “de borina”, porque ha procurado comer bien sus trescientos sesenta y cinco días y no tiene él, porqué llegar a su fin, con un cólico. Marcha contento y en T.V.E. le ponen una Música de años pretéritos, pero con intérpretes nuevos y no con sus creadores primigenios. La “hora antes” sigue escuchando esa Música cuyas letras son tan evocadoras que emocionan y no solo por esto, también emocionan porque sus autores, queridos, de otra época y muy conocidos, ya caminan desde hace algunos años del brazo de  las Estrellas de los infinitos y atemporales firmamentos y aunque supieran ser muy bien, nuestras admiradas y queridas estrellas en esta Tierra.
         La Música nos hace recordar lo bueno de nosotros, puede que también lo malo. La buena Música nos hace olvidar lo menos bueno, si es que lo hubiere, porque nos evoca tanto que suele ser una aliada, astutamente, selectiva.
A treinta y cinco minutos de las campanadas que nos separan de 2020, un esbelto joven rubio, nos dice cantando que “nos quiere”…          
   ¡Que alegría tan grande!
         El ser humano, por muy progre que sea, nunca se acostumbrará a las malas palabras ni a los desacatos. La falta de agradecimientos, algunas veces viene dada por las prisas de la vida que no nos permite agradecer, tampoco a pararnos para acompañar al caído o al menos, si no lo acompañamos, preguntarle si necesita algo. Escuchar que se nos quiere “como la Tierra al Sol”, me hace una gran ilusión, sobre todo porque no me siento “escarabajo pelotero” ni perdida en un inmenso desierto de arena, en donde, el buen amante: Sol, me desharía en un instante con sus fuertes y abrasadores rayos.
         No olvidaremos nunca nuestra “varita mágica” de Educación y Respeto, para espantar a las malas palabras y a los hechos aún peores, que cambian tanto nuestro entorno, que lo hacen irreconocible. Pasa en nuestras “redes sociales habituales”, y nos dan gana de salir bramando…
         …Risas, coches. Unos pocos peatones en el centro de mi ciudad, pasan en grupos cantando. Pocos minutos para tomar, con poca parsimonia, los doce granos de uvas del “Vinalopó”, que descansan confiados en el platillo de acero brillante y suficiente, como una patena, para reflejarlos y tomarlos uno a uno.
         En “La Puerta del Sol” de la capital de España, MADRID, el bullicio es, como cada año, ¡Iiiimpresionanteeee!  … En “La Plaza de Cataluña” de BARCELONA, es igual de inmenso e intenso. En ALICANTE, en “La Plaza del Ayuntamiento” hay un gentío que mira, como en todos los lugares y a esta misma hora, su propio reloj y el de arriba, con la esperanza de superación, de lucha, de trabajo. Lo miramos todos embelesados con la “esperanza de esperanza” y para que el tiempo, que se nos está avecinando, sea mejor que el que dejaron atrás nuestros recién deglutidos granos de uva, que se han conformado, sin rechistar, a formar parte de cada uno de nosotros.
         Llegan las llamadas de teléfono o los correos de INTERNET o las comunicaciones en los portales de sus redes sociales. Llamamos a quienes queremos y nos llaman quienes nos quieren. Volvemos a ser felices al escuchar sus deseos de felicidad y bonanza para este neonato año.
         Añoro a GILA. Se reía con tanta gracia de sí mismo, que nos hacía conformarnos con lo poco que somos cuando nos veíamos con su disimulada elegancia, reflejados, e igualmente, sabíamos que le parodiábamos.
¡Así es todo!
         Poco a poco hemos escalado algo en nuestra sociedad para nuestro bien y en general. Nos queda sufrir un poco más de sacrificio, y aunque nos quedemos sin uñas al intentar no caernos, avanzar y avanzar nos hará progresar y mejorar.
         Una hora después pasa rápida también, y ya ha pasado. Todavía seguimos  congelando tiempo y espacio en recuerdos y celuloides. Así, esta hora podrá volver, sobrepuesta a otro tiempo y espacio, cuando la evoquemos, dentro de la hora o tiempo en el que lo hagamos, o tranquilamente retrocedamos el cliché de la película que la quiso guardar. Ya ha pasado la hora después y es una realidad de TODOS y para TODOS.
         Cada día es una ALEGRÍA. Que no se convierta en tristeza es nuestra responsabilidad.
¡FELIZ 2020!

ALICANTE 1/01/2020
Fotografía de la Plaza del Ayuntamiento de ALICANTE tomada desde INTERNET, de
                    “El Periódic.com”
Mª Jesús Ortega Torres