viernes, 12 de julio de 2024

¿Puedo elegir?

 





¿Puedo elegir?

¿Qué podría hacer yo, si no fuera yo?

Estamos en un periodo del año que se llama “Carnaval”. Después vendrá el periodo de “Adviento”, que prepara a los cristianos para la Semana Santa, que conlleva la pasión y la muerte de Jesucristo, con el proceso, hacia ÉL, de quienes le crucificaron, después de juzgarle…:  

¡CULPABLE!

En esta época del s. XXI, año 2024, todavía se celebran, de modo simbólico, los ritos del Carnaval… y, cada cual, “hace de su capa un sayo”:

Yo me disfrazo y puedo ser “una pequeña mariposa”, porque mis alas de colores, se han secado, vuelan y, así, lo voy indicando… Me dibujo en el rostro, unos ojos extravagantes y unos labios en forma de rosa, y ya soy una linda mariposa que ha de volar, en busca de un amor…

“Le he de encontrar,  para hallar el motivo para el que he nacido”.

- Debe de pensar la nueva mariposa…-

 

Huevo. Larva. Pupa  (crisálida), así... hasta  mariposa.

     Su metamorfosis lo quiso ser y,   “Mariposa”, es lo que es.

Cuando se encuentra, con su amor,  la mariposa hembra, con sus óvulos fecundados y depositados en el envés de una hoja…

¡Puede, ya, morir tranquila!

            Vemos disfrazada a esa persona; nos alegramos de su imitación, ya sea mariposa hembra, mariposa macho, a una naturaleza bella, prolífica y útil, porque además de conservar su especie, ha hecho posible con sus alas y el movimiento de las mismas, fertilizar a las flores y a las plantas, que la alimentaron mientras vivió.

 

Junto a la grácil mariposa…

…¡HORROR!

 

Vemos a un demonio.

            No, no, no es un demonio.

Es una persona –hombre o mujer-, vestida de demonio. Lleva unos cuernos prominentes y oculta su rostro con una máscara muy pintada y unas cejas negras y largas.

     Su cola es larga de “bicho raro”, que, en la selva, sería capaz de devorar a todo aquél que se pusiera a su lado.

Se ve desde lejos, no solo por sus cuernos, sino por su capa negra y roja, que brilla y relumbra, iluminando, paradójicamente, a todo su alrededor.

Su tridente es negro, y se percibe como el arma de sus fechorías, aunque sabemos que no necesita armas materiales, cuando quiere.

            La verdad es que da terror mirarle.

De frente, su cara tiene el tinte rojo que le da el calor del infierno, donde habita.

Sus ojos, bajo sus triangulares y negras cejas, parecen querer comernos, tal es, de endemoniada, su mirada que ha sido creada para asustar.

¿Junto a quién de los dos estaríamos más felices?

¿Más seguros?

¿Más tranquilos?

¿A cuál de ellos invitaríamos a nuestra casa y haríamos que sirviera de ejemplo para nuestros chiquitines u otros familiares cercanos y amigos?

           Nacer…

…Ser, para lo que ha sido destinada, después de varias trasformaciones, y, “llegar a serlo”, es toda la vida de la mariposa, tanto hembra, como la mariposa macho. . Mueren, cuando lo han conseguido.

En los genes del ser humano y de otros animales, también está implantado este código.

            En todos los seres, el factor tiempo es muy importante. Nuestra naturaleza hace que todo se procese en un periodo determinado, por la misma. Tiempo y forma de hacerlo, son diferencias…

             Nuestra libertad, como seres humanos, no sólo la condiciona nuestra formación. El secado de nuestras alas, depende de nuestro tiempo y de nuestro interés en lo que estemos dispuestos a lograr, pese a las dificultades.

Eligiendo, sabemos quiénes somos.

María Jesús Ortega Torres

LA ISLETA 11/7/2024

FOTOGRFÍA TOMADA DE INTERNET