EMIGRACIÓN-INMIGRACIÓN
(HOJAS DE ENSAYO)
En la
novela “La ignorancia”, Milan Kundera nos habla de la emigración.
Con
verdadero placer he vuelto a releer, este testigo novelado, que pone como
motivo fundamental, el hecho cotidiano y acentuado por la crisis mundial, que es
la emigración, es decir, la infinidad de personas en todo el globo, que cambia
su país por otro, con la intención de una esperanza de bienestar.
Kundera
pone en palabras de Irina, una de los protagonistas de la novela, unos versos
del poeta checo Jan Skacel, que hablan de la tristeza que le rodea. A Irina le
ocurre igual que a Skacel, porque le rodea la desesperanza…
Los
versos de Jan Skacel dicen que: “quiere llevarse la tristeza muy lejos, hacerse con
ella una casa, encerrarse dentro durante trescientos años, y durante esos años,
no abrir la puerta; no abrir la puerta a nadie”.
Aquí,
yo pienso que la tristeza es sinónimo del país abandonado. Tanto quiere a su
país, que no quiere desasirse de él. Su
tristeza la convierte en casa, de la que no quiere salir nunca. Lleva en su
alma a su país, el país es su alma; el tiempo de trescientos años es muy exagerado, ya que nadie vive trescientos
años, constituyendo con el alejamiento y su ansiada soledad (quiere que no
entre nadie), un dolor muy subjetivo,
metáfora de amor eterno a su país.
Sin
embargo Kundera dice textualmente de estos versos: “Si Skacel se
encerró para pasar trescientos años en la casa de la tristeza, era porque veía
su país engullido para siempre jamás por el imperio del Este. Se equivocaba.
Todo el mundo se equivoca acerca del porvenir. El ser humano solo puede estar
seguro del momento presente”.
Yo
creo haber traducido unos sentimientos. Kundera traduce el error de cálculo en
el tiempo, de un asentamiento revolucionario y duda de la intuición que se
pueda tener para calibrar el futuro.
Un
país se abandona por fuerzas mayores. El emigrante no es un turista que se va de su país a otro a conocerle, a pasar unas
vacaciones y divertirse el máximo posible. Cuando así va, gasta el dinero que ha
estipulado para su tiempo de ocio, alegremente, porque sabe que cuando vuelva
tendrá su trabajo y con él, conseguirá seguir
otro año de rutinas (más o menos), pero seguro, para lograr otras
vacaciones, renovar el coche o para ahorrar simplemente, para las vacas flacas, cosa tan necesaria hoy día.
Se emigra porque se tiene necesidad de tener lo imprescindible para vivir, y en
el sitio de origen, por diversas causas, no se tiene. Se necesita la paz para
vivir, y en lugares con guerras, peligran las personas y se hacen éxodos de
familias enteras a lugares en los que se les acoge. Los disidentes, si no
huyen, corren el riesgo de cárcel o ejecución, según las leyes que rijan…
Sabemos
que en todos los países del mundo, hay muchas diferencias en cuanto a la legislación
sobre los inmigrantes o personas que llegan emigrados de sus lugares de
residencia. Hay lugares en los que se necesita un permiso de trabajo para poder
pasar, y si no demuestras que estás de vacaciones, haciendo gala de una
cantidad determinada e impuesta por esos países, o se muestra el citado permiso
de trabajo, no se entra. Se procura así un orden que no se les escapa de las
manos, y que sumados a los problemas, que se tienen sin buscar, harían la vida
menos óptima.
Estos
países más evolucionados, notan la inmigración, de modo muy distinto de los estados
que tienen “entrada libre”, y que llegando, los inmigrantes, con las manos vacías, sin trabajo a países
con gran número propio de parados, solo crean conflictos, porque se es más a
repartir, y no solo entran posibles trabajadores, también entran estafadores y
gentes buscadas por la policía internacional, de las que no se puede esperar
nada bueno…, por lo que vemos, que se crean problemas, tanto para la persona que
llega, como para el estado que las recibe.
A
nuestros hogares no dejamos pasar a personas que no nos merecen confianza. Entran familiares y
amigos, que creemos que no nos van a insultar, robar o agredir físicamente. Entran
personas a reparar algo que se nos ha estropeado, y les dejamos pasar con
cordialidad, porque nos van a sacar de un apuro. Si vemos que alguien que
creíamos amigo, se pasa, le negamos la vuelta, no queremos una segunda
sorpresa.
Ésto,
elevado a nación, debería ser igual. Por supuesto, no es tan simple, pero
seguro que se crearían muchos puestos de trabajo organizando unas inmigraciones,
que ahora, aunque nos traen su cultura, también nos traen muchos problemas.
Todos
nos hemos “capitalizado”. Cuando más tenemos más queremos…, pero los gobiernos,
bancos, empresas nos están demostrando que muchos de sus miembros, se han
apropiado de fondos que pertenecen al ciudadano y que además de dejarle sin
trabajo, le dejan sin los ahorros de toda la vida. Nunca se ha estado más en la
calle que ahora, y se huye a otras calles, a otros lugares en busca de un
porvenir que no se encuentra en el propio país.
No
solo se mueve la parte física que es inherente, también entran los sentimientos que igualmente lo son y se
juega demasiado con ellos. Se obliga a salir y en los lugares que se piensa,
son de acogida, esperan incertidumbres… No se sabe dónde estará el hueco para
aparcar, y lo que es peor, se tarda mucho en saber si ese hueco existe.
Cuando
Josef, el otro importante protagonista de la novela de Milan Kundera, decide
volver a Bohemia, no sabe lo que se va a encontrar, siente temor,
desconfianza…, son sensaciones naturales de alguien inteligente, que presiente,
que puede resultar molesto hasta para su propia familia.
Salió
huyendo, dos décadas atrás, de un régimen que le asfixiaba y le controlaba al
máximo quitándole su libertad. Con su huida, creó problemas a la familia que
quedaba, porque el régimen daba la espalda a los cercanos de los huidos. No le
comunican los fallecimientos de sus seres queridos en este tiempo, llevando una
sorpresa cuando visita la tumba de su
madre y se encuentra los nombres de quienes creía con vida, allí enterrados.
Veinte años han cambiado la fisonomía de su hermano y su cuñada…, no solo eso,
además de parecerle otros, se han anexionado sus pertenencias. Su hermano le
dice que no necesitarán abogados, que le piensa pagar en metálico, pero nada de
lo que le pertenecía por derecho, está a su nombre… Nota que ahora no tiene
nexos con su tierra, nada le hace crear lazos y le motivan más los recuerdos de
su tierra de acogida. Demuestra Josef, que los seres humanos vuelven donde han
encontrado el amor, aunque ya no puedan abrazarse físicamente, porque una
enfermedad se haya llevado a su esposa.
Los
sentimientos se transforman. Se trata de ser uno mismo, no otro, pero no
siempre se consigue…Por otro lado cambiar una cultura propia por la del nuevo
destino, requiere esfuerzo y sacrificios ímprobos.
Al
tema de la Emigración-Inmigración, tan lleno de injusticias, incógnitas y
preguntas todavía sin respuesta, ponen contrapunto estos versos de Skacel que
parecen también contradictorios pero…, implícitos quedan los sueños:
“A veces, al mediodía,
con las aguas del río
se ve pasar la noche…”
Torrevieja
23/11/2013
Mª
Jesús Ortega Torres
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