ESTÉTICA
(HOJAS DE ENSAYO)
¿Sabemos qué es la estética?
¿Todo
lo relacionado con la belleza?
¿Ciencia
que estudia la belleza?
¿Es
quizá una forma de ser?
¿Es
una rama de la Filosofía?
Quién
primero definió la estética fue, en 1750, el filósofo, seguidor de Leibniz,
Alexander Gottieb Baumgarten (1714-1762), quien la definió como “ciencia de lo
bello, la misma a la que se agrega un
estudio de la esencia del arte, de las relaciones de esta con la belleza y los
demás valores”. No es solamente una capacidad de respuesta.
La
palabra “bello” viene del griego “kalos” y
algunos filósofos quisieron llamar a la ciencia de la belleza
“kalología”.
La
estética es la rama de la Filosofía que
investiga y estudia el origen del sentimiento puro y su manifestación que es el
arte, según asienta Inmanuel Kant en su “Crítica del juicio
Hay
una estética para cada forma de arte, en cada tiempo. La hay para la música, en donde se nota claramente
la evolución del hombre, que ha logrado crear unas formas musicales distintas,
adaptadas a diferentes momentos en nuestra vida, siendo muy notoria, también en
las demás artes y también en el deporte
en general, cuyas diferencias le imprimen un carácter particular, advirtiéndose
su evolución y crecimiento, pues parece
que los seres humanos somos una fuente inagotable de ingenio y creatividad. En
el paisaje vemos distintas estéticas influidas por factores climatológicos, en
las distintas estaciones, y condicionamientos sociales, que las hacen
diferentes y a veces únicas. Hay una estética para cada persona y una estética para las cosas que conforman
nuestro entorno en el tiempo pasado o en nuestro tiempo, por el que estamos
marcados y que implica una moda asequible para muchos, en el momento en que se
vive. La moda de cada tiempo debería de ser adoptada y adaptada, en cada uno a
nuestra medida, una moda personalizada para cada cual. Esa moda adoptada y
adaptada, conforma nuestra estética particular, sumada a otros factores.
Creo
que la estética es, ante todo, una forma de ser, que se manifiesta en las
personas, en primer lugar, en el carácter, en nuestro modo de comportarnos y de
relacionarnos con los demás. Primero somos, después nos abrimos y nos
prodigamos, con nuestro estilo, formación,
conocimientos, educación y más o menos
belleza y armonía. El filósofo Mario Bunge considera que la estética no es una disciplina, yo quisiera
pensar que puede ser disciplina en cuanto al ser aferrado a sí mismo, pero
nuestra volubilidad, nos lleva, a veces, a ser traidores con nosotros mismos si
nos mueven las corrientes que otros
marcan. A veces somos más disciplinados de lo que deberíamos con esas
corrientes ajenas y que mueven otros, porque se da el caso que una persona,
famosa o “famosilla”, en los actuales medios de comunicación, puede hacernos
cambiar o convencernos para que cambiemos, de imagen, y también de forma de
vida. Cambiar nuestra estética o imitar
la estética de otras personas, es hoy muy habitual si no estamos
suficientemente enraizados con lo que hemos creado en nuestra propia vida,
dependerá además de nuestra mayor o menor personalidad, del grado de atracción
que tengamos hacia lo que se nos ofrece como nuevo y novedoso.
“Soñar es la actividad estética
más antigua”
JORGE
LUIS BORGES
“La belleza no hace feliz
a quien la posee,
sino a quien puede amarla
y adorarla”.
HERMAN HESSE
“La belleza es muy superior al genio. No
necesita explicación”.
OSCAR WILDE
Todo
lo enunciado anteriormente, puede ser
cierto, son sentencias a lo bello, a la belleza y a una actividad estética, según
Borges: Soñar, pero la estética, no queda en la mera belleza, de las personas o
cosas ni del arte en todas sus formas, hay un sentimiento estético que se
transmite y que es diferente en cada tiempo, aunque podemos gustar en algunos casos de la estética de tiempos
anteriores o crear una nueva estética, más adecuada a un diferente gusto o
percepción del momento. La estética está en el tiempo; está en el modo, porque
estética es abrirse a las nuevas tendencias, que marca nuestro momento y de
ningún modo es anquilosamiento. No es algo viejo, es algo que se puede renovar
y se renueva, permaneciendo en las mentes de quienes nos conocen, por nuestras
peculiaridades, y por todo lo que queda y nos ha rodeado durante nuestra vida,
como pueden ser nuestros libros, nuestra música, nuestras ropas, cuadros, abalorios
y objetos decorativos…
Si la persona que posee unas cualidades
estéticamente innovadoras, se da cuenta de ello, y se obsesiona, puede llegar al “narcisismo”, llamado así por el
mito de Narciso, y, en su propia contemplación, ahogar una estética que de modo
natural y no forzada, llegaría a ser renovadora de una estética anterior. Quien
tiene una estética diferente y que destaca entre las demás, no la tiene como
bandera sino de modo natural como un algo más, en el conjunto de su
personalidad y, sin darse cuenta, la irradiará.
A
través del tiempo observamos los cambios producidos en las mismas cosas, pues
estas serán diferentes siendo las mismas.
Es la mirada del ser, la que hace cambiar las cosas y esta depende y está
influenciada por las épocas y las circunstancias.
El
tiempo ha hecho cambiar el modo de galanteo entre hombre y mujer y viceversa.
Pocas veces, o ninguna, va un caballero a cantarle una “trova” a su dama en
este momento. Ahora está pasado de moda
también, que la estudiantina cante en el balcón de la elegida, siendo todo esto
cambiado por unos métodos más directos, tanto en el hombre como en la mujer. La
verdad es que se suele “ligar”, mostrando la cara “amable” al ser querido y
después pasa lo que pasa, pero,
actualmente, se tiene la ventaja de que la convivencia previa pone las cartas boca
arriba antes de una unión definitiva. Es otra estética, es otro tiempo.
Al
sur de la isla Amami-Oshima, en la zona subtropical de Japón, en 1995, los
buceadores se encontraron unos dibujos extraños, círculos que eran rellenados
con figuras geométricas, en distintos lugares del fondo marino. A esos círculos
geométricos los llamaron “los círculos
misteriosos”. En el año 2011, investigadores de la revista científica
“Nature”, identificaron un pequeño pez globo, no venenoso, de unos doce
centímetros de longitud, construyendo dichos círculos, que dibuja, como “cebo
amatorio” para que la hembra, si le gusta el precioso dibujo, ponga allí sus
huevos
Hay también, al igual que en el amor, una
estética de la guerra, ya que a través de las épocas se ha cambiado el modo de
luchar. El hombre empezó luchando con su fuerza, más tarde con piedras,
quijadas de animales pasando por tirachinas, espadas, arcabuces, metralletas,
bombas de pólvora y atómicas, se sabe que se
puede hacer la guerra con virus y
bacterias, una estética tan peligrosa como las citadas anteriormente, ya que
todas conducen a la autodestrucción, que aunque, de momento, no represente la muerte de quien la ha provocado, sí
representa la muerte de millones de personas, que no tienen la culpa ni el
deseo de luchar y morir. La palabra en general y la poesía en particular, pueden
ser un arma más letal que cualquier artilugio innovado. Pueden aportar mucho a
una finalidad concreta como es la libertad de las personas, ante las opresiones
dogmáticas de todo tipo, que les invaden indiscriminadamente.
El
pequeño pez globo, utiliza su arte para seducir, y también pintores,
escultores, arquitectos, músicos, escritores, y en general todos los seres
vivos lo hacemos, a nuestro modo, imponiendo su estética quien más gusta o más
sorprende por la novedad, aunque esto no quiera decir que siempre y en todos
los casos se tenga que perdurar.
Referencias:
Wikipedia
verne.elpais.com
“Diccionario de
Citas” Luis Señor
Fotografía del paisaje del Campus de San
Vicente del Raspeig (Alicante)
Mª Jesús Ortega Torres
Alicante 12/03/2015
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