sábado, 23 de mayo de 2020

PANDEMIA


PANDEMIA
                             ¡Hola!
            Quizá sea algo tarde. Esta noche no tengo sueño y quiero decir cómo siento que esta pandemia y este virus, no me han mermado ni  quitado mi capacidad de asombro y siento como si todavía esperara… más.
                                                      ¿Mááásss?
            No puede haber mayor hecatombe junto a la desgracia de esta pandemia que además de las pérdidas de familiares, amistades, vecinos, que en todos los pueblos y las naciones…, que en todo el mundo se ha acomodado, no se dé una lucha firme y uniforme para vencer a este enemigo común que nos está diezmando, como ejército entrenado a seguir la sombra de cada uno de nosotros, acompañando nuestro caminar, nuestra respiración y se anticipa a nuestro deseo de orientar nuestras manos aquí o allá para que no le pongamos “falta” en nuestra, presunta, cita con la muerte.
            Setecientas mil personas, mueren cada año por la picadura de un insecto, pues un minúsculo mosquito (Plasmodium vivax o Plasmodium falciparum -como más comunes-), se lleva a  seiscientas mil por la malaria y otras cien mil más merecen su adjudicación, como fatal vector de otras enfermedades. Su pequeño aguijón, y unas condiciones del entorno favorables a su desarrollo, hacen un trabajo macabro que se repite y repite en lugares y tiempo, de modo infinito.
            Con los últimos datos sobre la proliferación del “coronavirus”, tenemos también cifras escalofriantes… A 23 de Mayo (esta madrugada), y según “Noticias de Navarra”, 333.000 muertos y 5,1 millones de infectados en el mundo. (Internet)
            “Milenio 2020” con unas cifras parecidas: 328.220 muertos  y 5.000.000 de infectados. (Internet)
Poca capacidad de asombro para el ámbito negativo quedaría. Sin embargo para orientar dicha capacidad al lado positivo hay tanto trabajo por hacer, que llegar a un satisfactorio y dichoso final, sabiéndolo dependiente de personas que a juzgar por su conducta particular de inmadurez y burla hacia las normas establecidas a seguir, hacen ficción de una realidad, al ignorar peligros inmediatos.      
         Por otro lado, a demasiado ser humano, se les hace generar una incapacidad para la propia auto defensa y la de todos –porque a todos nos incumbe-. Hacinados y en huídas por regímenes totalitarios intransigentes e insensibles al dolor ajeno, caen y mueren demasiadas personas, a pesar de un clima más cálido que les debía proteger porque el calor actúa contra el virus.
            Queda mucho por asombrarnos si en poco tiempo, no vemos resuelto el problema con un nuevo “Santo en los altares”, que es como califico, personalmente, a los científicos que dedican su vida al estudio, para liberarnos de una muerte prematura y no querida por nosotros. Mientras tanto:
                                                 ¡SOLUCIONES!
            Pero que se cumplan por todos.
                          La experiencia nos demuestra que los “escaqueos” son los embajadores de la muerte.
             No nos riamos de las cosas tan serias como:
           De tantas personas queridas que nos han dejado, han sufrido y siguen sufriendo. Tampoco de lo que puede venir...
            No despreciemos la cabeza de uno solo… Sin margen de vehemencia ni compasión...  Las indicaciones  se dan para ser cumplidas y combaten a este enemigo común.
          (Por luchas de vanidad y soberbia descontroladas, no se cumplen las premisas).
               No nos riamos, porque nos puede tocar, hoy o mañana y hay que atajar al mal. Anularlo lo antes posible. Es bastante el  que tenemos particular y problemático de cada uno de nosotros y él puede ser un daño poderoso que bloquea y no permite actuar con la debida diligencia si no hay cooperación general.
            Los españoles somos descendientes de personas que nos instaron a respetar a los demás y seguir sus deseos es desarrollar un bien que va ayudar a toda la humanidad porque la indiferencia y la falta de empatía perjudican nuestra evolución como personas. Hay que dar tantas gracias a todas las personas que arriesgan su vida, cada segundo, por nosotros, que no se pueden permitir más errores ni desprecios. Mi vecinito de seis años dice:
                           ¡Lo superaremos!
            Nuestra Bandera Nacional no es un alarde y no solo es de un grupo Político.
Representa deseo de PAZ y CONCORDIA. También el no a una guerra incivil, que ya, con lo que nos llovió, y los lodos que seguimos sufriendo, hay suficiente…
          Desde mi blog  mis sinceros deseos de Salud y Bonanza para TODOS.

Fotografía actual del Hospital de ALICANTE tomada de INTERNET.
ALICANTE 23/05/2020
Mª Jesús Ortega Torres
           





No hay comentarios:

Publicar un comentario