COMPAÑEROS DE VIAJE
(Relato corto)
Subí al “Bus”…
Rápida e
instintivamente me senté en el primer asiento que vi libre, sin reparar al lado
de quién me sentaba; solo cuando el autobús empezó a andar y miré el asiento
contiguo, me percaté de quién era mi vecino de viaje. Había anochecido. Los
últimos días del verano estaban pasando sin pena ni gloria, como casi todo en
mi vida, pero al ver que estaba al lado de un señor, de tez aceituna, todo él
vestido de negro, me asusté…
Su
camisa, pantalón y zapatos negros, acompañaban a un cabello lacio, que le
llegaba hasta los hombros, también negro y a una barba y bigote ralos, del
mismo color.
Antes
de llegar a mi parada toqué el timbre para bajar, pero no me pude levantar
porque el dolor de mi lumbociática, me lo impidió. No obstante, con un ligero gesto,
mis rodillas al cambiar de dirección, permitieron salir al que me pareció un
misterioso caballero, el cual, esperó a que se abriera la puerta, y yo por el
separador de espacios, vi reflectada su imagen toda negra, a través del espejo,
pareciéndome por su delgadez, cadavérica… No intenté de nuevo bajar, aunque
pude intuir su decepción, yo bajé dos paradas después.
Iba
algo consternada y dando un pequeño paseo, desanduve un tramo para volver hasta
casa en el primer autobús que me viniese bien. Mientras me sentaba y justo y
detrás de mí, observé a una anciana, que se tocaba con un pañuelo negro, una
cinta negra en el cuello y ropajes de campesina, negros también.
La
señora me habló… Me preguntó, que qué hora era y si estaba afuera lloviznando.
Su voz se me pareció, como venida de ultratumba.
Yo pensé:
… ¿En qué lío estás
María…? Mira que si estos dos personajes, son estafadores y no son, ni el
demonio ni la muerte…
Alicante 20/09/2013- 18/08/2018
Mª Jesús Ortega Torres
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