DÍA 23 de ABRIL: SAN JORGE
DÍA DEL LIBRO
DÍA DE LA ROSA
Los libros nos sirven para tejer sueños
nuevos y mejores. También para hacernos la ilusión de que, con ellos, sabremos
algo más que nos permita o ayude a resolver algunas dudas; así lo hacen en muchas
ocasiones, además de ir formando y puliendo nuestro criterio, que puede cambiar, por sus influencias y los nuevos conocimientos que nos van aportando.
Las
personas que escriben los libros, los escritores y escritoras, cuentan tantas
cosas, que las que nos son familiares, por tener parecida o igual cultura, y, coincidir , dentro de sus argumentos,en
algunos aspectos, con nuestras vidas, ya sean, ellos, imaginados o sean verídicos, nos llegan a asombrar, porque sus detalles, a
veces nos retrotraen a otros tiempos, lugares y hechos, personales y conocidos…
Vivimos lo que nos regala, el libro, solo
con cogerlo y acercarlo a nuestra mirada. A veces revivimos, o volvemos a
morir.
El libro es una gran compañía, y, sin
escuchar su voz en el aire, nos invita a acompañarle, pues su llamada, siempre
que pensemos en “qué pasará”, en “qué sigue”, y, aunque ya, hayamos presentido, por
su trama, una respuesta, una solución, un desenlace, seguimos hasta el final
porque queremos que lo cuente el autor, y saber cómo, él, nos
termina esa historia que nos está regalando.
Un placer es la lectura de los libros,
y, aunque vengamos de una tradición en la que, leer un libro, era, “una tarea”,
“un deber”, “un trabajo”, "una obligación" mas, la reflexión nos permite definirlo como “placer”., “descanso”, “enseñanza”, porque, leyéndolos, encontramos muchas soluciones a vericuetos y
dudas que, con nuevos planteamientos, vemos mejor. Además de formarnos, mejoran
nuestro estrés.
Los buenos lectores tienen mejor léxico
que quienes no leen, y no es nada extraño, porque lo brindan los escritores y
sus libros, que, recuerdan y enseñan palabras que hacen trabajar y airear a los
diccionarios. Una escuela en casa, con exóticas, arcaicas o nuevas palabras.
Las historias de los libros nos distraen
de muchas clases de soledad y, nos ayudarán a pensar, madurando nuestro
criterio y estilo, traten de lo que traten.
UN LIBRO Y SU POESÍA
UNA POESÍA PARA UN LIBRO
Ahora estoy escribiendo,
pero
aquí, yo, tengo un libro…
-o
dos, o tres-.
No es grande, es chiquitito;
es,
como un aperitivo.
Pero
no te lo creas,
cuando lo lees
es intenso.
¿Tan
breve?
¿Tan pequeño?
Un
libro así, ¿es intenso?
-muy
pronto, sí, es su final-,
no importa su extensión…
Al doblar una página, encontré yo mi
vida.
¡Vuelve una, tú también!
María
Jesús Ortega Torres
Ilustraciones
tomadas de INTERNET