miércoles, 28 de agosto de 2013

HOBBIES









 HOBBIES
       
(Hojas de ensayo)

        Un hobby, es una ocupación o pasatiempo, que se practica fuera de las horas de trabajo. Hay muchos hobbies, siendo cada persona, con nuestras particulares peculiaridades, quienes elegimos los más adecuados y con los que mejor nos sentimos para ocupar, nuestro tiempo de ocio.
        A veces, además de distraernos en nuestro tiempo libre, si es mucha la afición y lo practicas habitualmente, puedes aumentar mucho el nivel con el que has empezado, y pasar, con el tiempo, de ser amateur, a ser profesional. Este hecho se observa, con frecuencia, en el ámbito deportivo, en el artístico, en el literario, y en todas las ocasiones en que las personas, realizamos ese esfuerzo voluntario,  en lo que nos motiva y parece colmar nuestros anhelos, y que además de darnos mucho ánimo, nos ayuda a conseguir una estabilidad emocional, sirviéndonos de  apoyo en la vida cotidiana.
        Muchos hobbies requieren un esfuerzo físico, siendo algunos de ellos muy arriesgados pues ponen en peligro la vida de quienes los practican. Todos requieren un esfuerzo intelectual y de la voluntad, que nos determinan e incitan a practicarlo, siendo el tiempo de vacaciones, el que más aprovechamos para la realización de los mismos con más asiduidad y dedicación.
        El hobby de la  lectura, es practicado, afortunadamente, cada día por más personas, y cuando se adquiere el hábito de leer, es muy difícil dejarlo. Siempre que podemos,  buscamos, y tratamos de encontrar,  ocasiones para hacerlo y enriquecernos con las historias y pensamientos de unos escritores y articulistas, que nos entretienen y nos ponen al día, con sus relatos, reflexiones y noticias, porque, no solo les leemos sino que también,  iniciamos un diálogo mental, entre el autor, los personajes y nosotros mismos, y este concierto, en el que se puede dar la armonía y también la disonancia, nos ayuda a ampliar y a clarificar nuestras ideas. Tanto si le plantamos cara al autor, como si aceptamos lo que nos cuenta, estamos realizando un trabajo, que, aunque placentero, representa un esfuerzo mental, muy necesario y tan beneficioso como el trabajo o esfuerzo físico.
        Leemos cuando estamos en casa, para informarnos y relajarnos, también cuando utilizamos un medio de transporte,  notando como cada día son más las personas que llevan un libro, y leen en el autobús, tren…, en la consulta del médico, o en las colas de sus gestiones burocráticas.
        Las Universidades españolas, reiteran y ponen en práctica, su deseo de seguir la formación continuada en las personas mayores, generalmente jubiladas, y, desde hace tiempo, ofertan la enseñanza de unas disciplinas muy variadas, en ciencias, letras, arte…, que nos hacen no perder el hábito de aprender y saber, alimentando y cuidando, nuestros conocimientos.
        Las encuestas que avalan la afirmación del aumento de lectores, nos las ofrecen  los editores de libros, que últimamente han variado su “modus operandi”, y han cambiado muchas de las preguntas que se hacían a los variopintos elegidos, para, con las nuevas cuestiones, tener más clara y segura, la veracidad de dichas encuestas…
        Según el “Cultural de ABC” (8/02/2013), y detectado por el barómetro de hábitos de lectura y compra de libros de 2012, “el número de lectores, crece en España hasta el 63% de la población (2.6 puntos porcentuales más que en 2011)”.
        Nos sigue informando el cultural que a Madrid, le sigue Cantabria, País Vasco y Aragón, entre los que más leen. Quienes menos lo hacen son: Extremadura, Murcia, Asturias y Castilla –La Mancha.
        En “Equilibrismos variados” (El País 16 de febrero de 2013), Manuel Rodríguez Rivero, denuncia nuestros hábitos de lectura, avalado por futuros historiadores del libro y sociólogos de la lectura, diciéndonos: ”los españolitos seguimos quedando estupendamente: un 92% leemos ‘algo’ alguna vez al trimestre”, a continuación nos da la explicación de ese “algo”, que según nos cuenta puede ser cualquier factura, un mensaje del móvil, una nota recordándonos comprar algo, etc. etc., siendo del 8% lector, generalmente, el 1.6% personal universitario o con un nivel de formación, superior a la media. Se coincide en que el número de lectores de libros es del 62%.
        En los dos culturales, se nos comunica la paradoja, de la gran cantidad de autores nuevos publicando sus libros…
¿Lo merecemos?, ¿quiénes los vamos a leer?, ¿es quizás la escritura, un flamante hobby, para quienes piensan que tienen algo nuevo que decir?
        Creo que el acto de la voluntad, es la palanca que nos mueve tanto en los hobbies, como en la vida, llevándolo, según nuestro criterio y accesibilidad por un camino o por otro, habiendo también, quien puede lograr el equilibrio con los dos tipos de esfuerzo, trabajo, pasatiempo, hobby…: el físico y el mental.

Santurde de Rioja 25/07/2013
Mª Jesús Ortega Torres

       

miércoles, 21 de agosto de 2013

LA POLÍTICA (Desde dentro)








  LA POLÍTICA
(“Desde dentro”)

Hojas de ensayo

        La política es un acto de amor…
Pienso que es, o debería ser un acto de amor, porque el político, ofrece o debería ofrecer al pueblo que le ha elegido votándole, lo mejor que tiene, ésto es: su trabajo, pensamientos, voluntad y buen hacer, a favor de quienes le hemos depositado una confianza esperanzadora.
        Por eso, siempre que se haga desde el corazón, la política, es un evento de amor. Creo que  es un acto muy difícil, porque al corazón, ese músculo físico y de sentimientos, lo rodean otras vísceras, otros músculos, y también el cerebro…, esa parte superior del encéfalo, que, como centro nervioso y también, creo, centro espiritual y morada de sensaciones y recuerdos, nos manda, conduce y lleva, pero…, subordinando, a veces lo que debemos hacer, a nuestros sentimientos e intereses particulares, tomando como sinónimo de estos intereses particulares, una  sola palabra:  ambición.
        Lamentablemente, la ambición siempre va unida al poder y el poder, va unido, también, a la ambición, cuyo orden, como en la propiedad conmutativa de la multiplicación, no altera el producto…, solo el producto se alterará, por los montos de ambición y poder, que , con el tiempo, podamos identificar en quienes hayamos elegido, o hayan elegido otros conciudadanos.
        La ambición, es un “pecado capital” necesario, sin cuya motivación, el mundo se pararía, no avanzaría. Esta reflexión no es mía. Cito a Fernando Díaz Plaja, como autor de la misma, cuando en su ensayo, sobre los siete pecados capitales, nos dice, que todos son necesarios, pero…, nos hace observar, que para todos estos pecados,  hay un grado, una medida que haga asequible la vida de quien los sufre, y la de quienes les rodean, o rodeamos…
          Estaba yo, recién salida de la adolescencia, cuando, investigando en la biblioteca de uno de mis queridos y admirados profesores, Alberto Escámez López (profesor de música…, no el economista), encontré el ensayo: “Los siete pecados capitales”, que había escrito Fernando Díaz Plaja y, como me interesó mucho el tema, lo leí, con verdadera avidez y gusto, pareciéndome el autor, un señor muy sabio y con mucho sentido común…
        Ante la corrupción, a la que no nos acostumbra la ambición de los otros, pienso y digo en mis modestas tertulias familiares y también con algún conocido, que estamos, de nuevo, en la era faraónica de los egipcios de a. de Cristo. Yo defino a esta  ambición actual, con el apelativo de el “síndrome del faraón”, porque quienes tratan y consiguen acumular tanta riqueza, hacen como los faraones, se lo llevan todo, para no pasar ningún apuro cuando vuelvan a reencarnarse, y no acostumbrados a las privaciones materiales, poder vivir con toda su pompa, como hacían los faraones, que se mofaban y abusaban, consciente o inconscientemente de la ignorancia y tolerancia de quienes les rodeaban, y a quienes, si no eran de una belleza física extraordinaria o de una inteligencia que no les molestara, trataban con desprecio y como esclavos.
        Siempre me gustaron los filósofos. En primer lugar porque pensaban y después, porque querían poner en práctica sus conclusiones, que consideraban necesarias para la mejora de la  sociedad. A nadie se le ocurría, semejantes “desmanes”, como por ejemplo que fuésemos autónomos en nuestros pensamientos y sin negar la lógica en los mismos, nos alejáramos, como personas de la conducta de los animales que, domesticados, forman rebaños.  La mayoría de los filósofos, fueron geniales y muy dignos de atención, aunque hubo quien a alguno, tacharan de loco y fuera de la ley…
        La historia, y el tiempo, que ponen las cosas en su sitio, nos ayudan a analizar las circunstancias de gobiernos totalitarios y los ajustes represivos que ejercían contra quienes se atrevían a pensar y manifestarse de modo distinto, y, que sin aplicar la ley y menos la justicia que por todos los medios,  solo practicaban a su modo, estaban muy lejos de una verdadera democracia.
        Como la historia se repite..., y se repite, pues al parecer, no hemos evolucionado como nos merecemos, en nuestro papel de personas, y además vivimos en un tiempo en que la ley no es aplicada con la premura que quisiéramos..., volviendo al pasado, el ejemplo de Sócrates ( 469 a. C.-- 399 a. C.), que en su lecho de muerte, solo pensaba en devolverle a  Esculapio el gallo que le debía… (posiblemente como ofrenda), su honradez y su firme sentido del deber, que le llevó a ser condenado a muerte por enseñar a los jóvenes, a pensar y no ser manipulados, nos alientan a participar con nuestros medios, escasos pero entusiastas, en la tarea de que seamos cada vez mejores, y que empezando por nosotros mismos, nuestro ejemplo sea transmitido y desarrollado.

Santurde de Rioja 7 /08/2013
Mª Jesús Ortega Torres
       

miércoles, 14 de agosto de 2013

DESEO Y FELICIDAD






 DESEO Y FELICIDAD

(Hojas de ensayo)

“Todo deseo estancado es un veneno”.
André Maurois

        DESEO: Palabra dinámica, que, para el bien de quien lo posea, tiene que evolucionar hasta su consecución… Sugiere movimiento, y, a veces, hay sensación de proximidad si vemos lo deseado fácil de conseguir, o sensación de alejamiento, si por el contrario, vemos no factible nuestro deseo.
        El diccionario de María Moliner, lo define como “acción de desear” y a desear lo define como: “tender con el pensamiento al logro de la posesión o realización de algo que proporcionaría alegría o pondría fin a un padecimiento o malestar”.
        Como sinónimos, la palabra deseo tiene: aspiración, ansia, afán, anhelo, pretensión, empeño…; como antónimos: inapetencia, displicencia.
        El logro de nuestros deseos es un fin, pero si los conseguimos, a un deseo le sucede otro y a éste otro,  - los seres humanos, somos insaciables-,  por lo que no hay un fin final…
         Hay en cada persona deseos que requieren una ejecución inmediata, y también hay deseos más a largo plazo. Cuando el deseo no se cumple nunca, deja en quien lo ha sentido, una frustración que será mayor o menor, según haya sido la intensidad o importancia del deseo.
        Asociado a nuestros sentimientos íntimos, el deseo nos hace evolucionar en nuestra vida afectiva, ya que nos mueve a cambiar un estatus por otro. Nos incita a poseer el objeto del deseo, a conquistarlo, a promover que nosotros seamos también objeto de deseo para el otro, y se hagan realidad dos deseos: el suyo y el nuestro, siendo nuestro logro, el alcanzarlo y también, una consecuente correspondencia.
        ¿Hallamos la felicidad, cuando hemos alcanzado y realizado nuestros deseos más preciados?
        La felicidad creo que podría consistir, en llenar todos los estadios o compartimentos de nuestro espíritu, pero sería una tarea casi imposible llenarlos todos, para que se originara una total felicidad…, siempre habría alguno que se nos escapara o que no dependiera directamente de nosotros, y que, por lo tanto,  no sería factible llenar, por lo que siempre notamos un vacio, la sensación de plenitud y bienestar total, nos llega pocas veces.
        La teoría hedonista de buscar la felicidad en el placer, me parece respetable, pero no la comparto, porque parece estar hecha solo para quienes tienen sensibilidad física, no espiritual y parecen no distinguir y no apreciar todo lo que nos rodea. Solo se ven y contemplan a sí mismos, ignorando lo que sucede a su alrededor. Es más fácil ser feliz, pero no es una felicidad real, es una felicidad auto-contemplativa, que tiene al individuo como su centro, descartando  todo lo que no sea él mismo. Solo ve en todo lo demás, el complemento para la consecución de su satisfacción y placer, individual y personal.
        La conducta de los ascetas, tanto los cristianos, como los orientales (no teístas), como el budismo, el jainismo, el taoísmo y el confucionismo, tiende a ignorar, lo que también forma parte del ser, para la consecución de su realización como personas tendentes a una felicidad lo más completa posible, que se podría encontrar cuando  el vínculo de nuestro cuerpo y mente, materia y espíritu, logren y vivan en una armonía (casi) perfecta, que les permita una paz interior, capaz de ser transmitida y compartida en su hábitat.
        El lograr la felicidad, es muy complejo, ya que estamos condicionados, de un modo natural, a no olvidar quiénes somos y en donde estamos…, siendo nuestro entorno además de condicionante, muy influyente y aunque queramos “pasar…” nuestra sensibilidad, no nos permite cerrar los ojos o mirar para otro lado, cuando a alguien, en nuestra cercanía, conocido o no, las cosas no le van bien, o nos paramos a analizar el desorden e injusticias en nuestro minúsculo, pero conflictivo, planeta.
        Cito de nuevo a André Maurois, ahora como colofón, quizás en algo que puede hacer referencia tanto al deseo como a la felicidad, ya que puede traer dificultades a las dos:
“Nuestros destinos y nuestras voluntades se manifiestan casi siempre a destiempo”.

Alicante 13/07/2013
Mª Jesús Ortega Torres



       
        

miércoles, 7 de agosto de 2013

ALGO SOBRE LA AMISTAD





   ALGO SOBRE LA AMISTAD

(Hojas de ensayo)

“Amistades que son ciertas
nadie las puede turbar”.
MIGUEL DE CERVANTES

         No quisiera que ésto, fuese una apología de la amistad. La amistad se defiende sola, todos queremos la amistad, que si es auténtica, nos trae muchas satisfacciones y alegrías, pero hoy en día, es muy difícil tener amigos, si por amigo queremos a una persona sincera, que, incondicionalmente, esté a nuestro lado en momentos felices y en las adversidades, porque, en los periodos felices es fácil, seguir a alguien, pero en las adversidades que nos depara la vida, con más frecuencia de lo que desearíamos, quienes de verdad son nuestros amigos, se quedan. Quienes lo dicen, pero no lo son, ponen pies en polvorosa…, deben pensar: “ahí te las apañes…”
         No es una cuestión de prudencia, tampoco lo es de ignorancia; cuando algo malo sucede a una persona o a una familia, la noticia vuela más rápida que el pensamiento, y, entonces se encuentran amigos que no sabías que los tenías y desaparecen, en cambio, otros, que pensabas que lo eran, pero que te demuestran lo contrario.
         La amistad, es muchas veces fértil, y te trae otros amigos. Hubo quien se aventuró y comentó: “los amigos de mis amigos, son mis amigos”, que me parece una afirmación atrevida donde las haya, pero que sin embargo, por otro lado, denota tal confianza en el otro que se tiene por amigo, se está tan seguro de él, que, sin dudarlo, acoge todo lo que le pertenece, porque conociéndole bien, sabe que todo lo suyo es bueno.
         Una sentencia de don Miguel de Unamuno, que nos dice: “hay mucha gente y pocas personas”, nos viene a poner en guardia de quienes no tienen un mínimo de formalidad y que, por lo tanto, no son merecedores de nuestra amistad. Las “pocas personas”, con su integridad, serán las que deberemos  tomar como amigos y sin temor a equivocarnos, congratularnos de que la vida nos sea más llevadera con ellos. A veces, nos viene la amistad por azar, y según piensa Anatole France: “el azar es el seudónimo que utiliza Dios, cuando no quiere firmar”. Yo, de verdad, pienso que un buen amigo es un regalo de Dios, que no debemos dejar que pase de largo…, con frecuencia es un buen amigo, quien se da cuenta de unas cualidades, en arte, literatura, música…, que por naturales, se veían como algo muy normal, pero vistas y analizadas por una amistad, que ha valorado, objetivamente, la valía de su nuevo amigo, le puede llevar a aconsejar que desarrolle, mejor, su pasatiempo, que se convertirá, por su opinión acreditada, en algo más serio a mejorar.
                        ¿Es posible la amistad entre sexos distintos…?
         Cuando confiamos en alguien para contarle nuestras intimidades, generalmente lo hacemos porque hay una química invisible, pero que existe. Nos acerca, nos hace compenetrarnos y entregar nuestros sentimientos y pensamientos, a una persona ajena, que puede ser o no, de la familia, y nos apoyamos en ella, esperando consejo (asentimiento o reprobación de nuestros actos). También queremos que nos transmita algo de valor o ánimo, si nuestra propuesta es algo arriesgada…, que nos ayude a valorar, los pros y los contras de nuestra futura hazaña, o de lo ya hecho, después de habernos escuchado con atención...
         Esta relación que establecemos: comunicación íntima…, a veces, crea en uno de los dos, unas expectativas distintas a la de una buena amistad, y se vuelve ilusionante por parte de uno de los dos, con una atracción que no se puede reprimir por mucho tiempo y que siendo manifestada, puede producir en el otro, o aceptación o rechazo…
         Cuando de la amistad, se pasa al amor correspondido, todo va bien y hay en ello, la máxima gratificación en una relación, pero, si ocurre que solo es una parte la enamorada y sufre el rechazo del otro que, solo siente amistad, la mayoría de las veces, la relación se deteriora y termina, a veces muy mal, pues con frecuencia, por despecho y en venganza, salen a flote intimidades de quien ha rechazado subir el peldaño del amor, por no sentir igual que el otro, y lo que era una bonita amistad, puede tener un folletinesco desenlace o convertirse en una tragedia.
         A veces, el amor está aletargado, y cuando se despierta y sale, es como una explosión que no se puede detener, y menos disimular. Un adagio popular dice que la riqueza, la sabiduría y el amor, por más que nos empeñemos, no pueden estar ocultos.
         Se me ocurre, poniendo de mi lado el saber popular,  que si con algo de sabiduría manifestamos nuestro amor, y éste  es aceptado, tendremos la mejor riqueza.
 Alicante 19/06/2013
             18/07/2013
           Mª Jesús Ortega Torres