miércoles, 31 de diciembre de 2014

NUEVO AÑO





NUEVO AÑO


 Al brindar se le cayó la copa. Todos murmuraron: “Mala suerte, mala suerte…”

     Pero instintivamente, al mirar al suelo, vieron las burbujas brincar y parecían reír…




        FELIZ 2015

  FELIZ AÑO NUEVO


lunes, 29 de diciembre de 2014

LAMENTO




Moriré y quedará sola un alma.
Un alma en el vacío, sin hombro, sin mirada…
Sin la llama de noche, sin la llamada al alba.

Sin mi voz, que te nombre, sin mi brazo que abraza.
Sin mi pena que es tuya, sin mi alegría blanca.
Y… tendrás que andar solo
de noche, y en el alba.

Encontrarás amores, si de tu tren te bajas.
Mas, no serán tan ciertos.
Mas no te darán calma…
Querrás que vuelva el día, en el que yo te amaba.


Alicante 21/12/2014

Mª Jesús Ortega Torres

sábado, 20 de diciembre de 2014

EL ENCUENTRO

En este mes de Diciembre, se cumplen tres años de la ausencia de nuestro querido amigo, poeta y presidente del grupo "NUMEN" de Alicante, Emilio Victoria Muñoz. 
Creo que la palabra es inmortal siempre que exista el recuerdo y su palabra, sabia, didáctica y algo irónica a la vez, la recordamos con alegría. Aunque en esta ocasión ha firmado con seudónimo, siempre es un privilegio leer al poeta, cuentista, novelista y amigo Emilio.




“EL ENCUENTRO”

RELATO

      Caminando cansinamente, bajo los arcos poco sombreados de las palmeras de la “Explanada”, llegué hasta la cafetería de su extremo y esperé la apertura del semáforo para cruzar al otro lado de la plaza hasta entrar  en el “Paseo Gómiz”. Buscaba uno de esos merenderos llamado “Chiringuito”, que existen al principio del paseo, frente a la playa, y que en verano están llenos de gente a rebosar,  desde la sombra tranquila de su toldo.
Cuando llegaba junto a la improvisada  terraza, vi una mesita con dos sillas a su alrededor y me apresuré a acercarme para coger una. Era un punto clave para observar el mar. Cuando alargaba la mano para coger una de las sillas, otra mano delgada,  blanca, se me adelantó. Agarró fuertemente el respaldo de la silla y se dirigió a mí casi provocativamente:
--Yo he llegado primero
Prudentemente hice marcha atrás y busqué una silla solitaria que había en un rincón. La mujer que me había cortado la trayectoria, se encaró una vez más conmigo para decirme:
--Perdone, pero esta silla es para un amigo…
Me retiré unos pasos prudentemente. Desde allí observé a la mujer que se me había enfrentado. Era alta delgada, de facciones agradables y cabello casi blanco. No suelo calcular con eficacia la edad de las personas, pero bien podía pasar la edad de la jubilación. Su rostro bien cuidado se endureció levemente al dirigirse a mi otra vez…
--¡ Eh, oiga!, siéntese aquí por favor.
Traté de declinar su invitación, pero como me estaba dando el sol en la cara acepté humildemente. Me acerqué a la mesita y observé que la otra silla seguía desocupada.
--Siéntese por favor. Era para un amigo mío pero veo que se está retrasando.
Me miró fijamente y añadió:
--Como habrá comprendido fue solo una excusa para quedarme con las dos sillas.
Busqué en cierto modo una explicación, para que aquella mujer tratara de quedarse con las dos sillas, me callé y le di las gracias con un gesto.
--Perdone- dijo la mujer precipitada--, pero yo no acostumbro a hablar con extraños.
--Me parece muy bien- dije yo-, si le sirve de algo me llamo Tristán, pero como no tenemos nada que hablar, siga usted con lo que hacía y permítame que pague yo su consumición.
Mientras venía el camarero y nos servía, traté de observarla con disimulo. Sin ser bella, tenía unas facciones agradables…
--Yo, ya soy  un hombre ya mayor y no pretendía molestarla. Actualmente estoy en una pensión pequeña, gozando de esta primavera y esperando reanudar mis actividades normales.
Ella me miraba de reojo mientras sacó de su bolsa una novela algo arrugada que se notaba haber sido muchas veces manoseada, yo entonces para hacerme el interesante, saqué una pequeña libreta de bolsillo y anoté los gastos. Era una costumbre mía anotar todo lo que gastaba.
La mujer mirando de soslayo me preguntó de repente:
--¿Qué es usted, policía o inspector?
--Me permitirá que yo la invite, ya que he venido a trastornar su tranquilidad…
--Alto, alto- dijo ella-, no tiene porque hacerlo, yo soy una persona decente.
--Yo también lo soy,  y como compartimos mesa, me permito invitarla.
--Bueno,  si es una horchata sola…
--Si quiere algo más…,
-- He visto unos bollitos en el mostrador y unos rollitos de anís.
--Lo que usted quiera señora.
Le indiqué al camarero que estaba ya apercibido:
--Sírvale a la señora unos bollitos y unos rollitos de anís.
Displicentemente ella se volvió a su labor y sacando la novela la abrió por una página marcada. Yo trataba de analizar que carácter tenía aquella extraña dama. De repente se volvió para decir: --¿Qué está usted mirando?.
--No miro nada señora.
--Sí, estaba usted mirándome.
--Estaba yo mirándola…, pero ¿qué quiere usted que haga, si está usted delante, para no mirarla tendría que volver la cabeza.
Vaya no se haga usted el gracioso.  De repente deja la novela y me pregunta:--¿Qué hace usted aquí?
--De momento tomarme una horchata con usted- y añadí -, ¿qué está leyendo?, tratando de serenar la situación.
--Una novela de romanos.
--¿Le gusta la historia?
--Ésta sí. Está bastante bien. Hasta sale una princesa ibérica.
--Es celtibérica y se llama “Socedeyaunin”.
--¿ Y usted cómo lo sabe?
--Porque esa novela está escrita por mi.
Su expresión cambió de pronto…, de huraña a amable y se hizo expansivamente sociable.
--¿De verdad que es usted escritor?, me gusta el carácter de “Ygortas”, ¿cómo se le ocurren esas cosas?.
--Porque me gusta la historia y me gusta escribir, ¿quiere que le cuente el final?.
--No por favor, pero podemos hablar de los cántabros, porque  usted debe saber mucho de ellos.
La escena había cambiado. Ella hablaba por los codos y desprendiéndose de aquél aspecto receloso del principio, era una interlocutora muy amable.
…Se nos hizo tarde. Ella seguía interesada en mis palabras y ella estaba disfrutando al ver que estaba hablando con un presunto escritor. Para mí, era también un encuentro especial. Era la primera vez que podía hablar con un lector de mi novela.
Aún se comió cuatro rosquillas más antes de que nos despidiéramos.
Ella con un tono casi temeroso me preguntó:
--¿Va usted a volver mañana?.
--La esperaré a estas horas en esta misma mesa. ¿quiere?
Desde entonces Ana y yo, fuimos grandes amigos.


TRISTÁN OLMEDO


viernes, 19 de diciembre de 2014

SUENAN LAS CAMPANAS




SUENAN LAS CAMPANAS
¡Vamos a Belén!
allá nos esperan,
María y José.

Con el “buey” y la “mula”
se han de preparar,
pues el  veinticinco
un niño vendrá.

Que amará a los hombres…
¡Todos le amarán!
Por ingrato sino
un día cambiará.
Como a hombre ¿farsante?
crucificarán…

Todo se ha resuelto.
El Niño, era Dios,
y en este misterio
el Hombre vivió.

En “Espíritu”, en “Hombre”,
también como Dios.




Alicante  18/12/2014
Mª Jesús Ortega Torres



jueves, 11 de diciembre de 2014

MORBO



MORBO

 (Hojas de Ensayo)

         “Amar a alguien, es verlo
          como Dios lo concibió”
         FEDOR DOSTOIEVSKI

   Comenzar estas “Hojas de ensayo”, con una cita de Dostoievski, y además, con una cita que empieza con la palabra “amar”, creo que es un lujo y, también, lo más que podía soñar, porque creo que en el morbo, lo que no se da, es la palabra amar ni amor, hacia quien nos produce ese morbo.
        En la tercera acepción de morboso-a, leemos que “se aplica a lo que puede provocar emociones o sentimientos malsanos y a las personas proclives a tenerlos” (Diccionario de María Moliner).
        El “morbo”, se define en el mismo diccionario  como “interés o atracción malsanos por lo desagradable, lo prohibido o lo inmoral”.
        Por inmoral se indica “que se falta a la moral”, es decir, a las buenas costumbres en costumbres sexuales y en personas que cometen o pueden cometer acciones contrarias a la moral. En lo “amoral” hay una falta de valoración moral. En lo amoral no hay moral.
                Para que haya morbo, tiene  que haber un objeto, animal, o persona que lo cause o lo inspire, y una o varias personas proclives a sentirlo. A veces el morbo por una persona, se da, simultáneamente, en un grupo, aunque no es amoral, ni pernicioso,
el desarrollo en demasía de la curiosidad por el argumento de una novela de misterio, crímenes o sencillamente de “amor y lujo”.
       
En el Eclesiastés se lee:
         “La lengua de  los sabios está en su corazón; la de los necios en su boca”.

        Es fácil hablar, y más del  otro, nos concierna o no. Le queramos, o no lo conozcamos y como nos dice el Eclesiastés, hacemos difícil hacerlo con el corazón y a veces hablamos, muy precipitadamente, de lo que se ve, no de lo que se siente o se puede sentir.
        La persona o personas que provocan el morbo, no suelen ser conscientes de que lo están provocando…
Para el observador hay una fase de sorpresa, que da paso rápidamente a una mayor atención y posteriormente se puede pasar al olvido o al morbo.
        Da mucho morbo el compañero de trabajo que tiene un mal día y no da “pié con bola” en lo que está haciendo, y es su compañero de toda la vida, quien le denuncia a sus otros colegas, y ríen todo el tiempo, a sus espaldas, en vez de ayudarle.
Si de los tropiezos en el trabajo se pasa a los “tropezones” de la calle, hay situaciones morbosas, en los que las personas que están cayéndose, no terminan de caer, y se forma un grupo rápidamente, que, en vez de ayudarle a que no caiga, parece que aplauden la gracia, lo que causa mucha consternación en la víctima.
        Como sabemos, hay muchas clases de enfermedades mentales y en algunas de ellas, cuando no se está en crisis aguda, el enfermo mental es una persona normal que sigue percibiendo, por parte de algún  observador, una curiosidad por todo lo que le concierne, rayando en lo patológico, y que le sigue marcando, pues no es afecto lo que se le ofrece, sino curiosidad. Una curiosidad en mayor o menor grado y que puede ser morbosa y hacer daño, cuando no se vislumbra ni un ápice de afecto.
        Los accidentes en carretera o urbanos, provocan morbo en muchas personas, que se amontonan a mirar, sin posibilidad de hacer nada para cambiar una fatal situación a mejor, ya que hay que esperar a la ambulancia y en muchos casos, por desgracia, a la funeraria. Pero ahí están…, inmóviles y como viendo  un interesante espectáculo.
        Hay anuncios en periódicos y otros medios de comunicación, en donde se especifican claramente los deseos de quienes los ponen, y que, con un lenguaje claro y desenvuelto, solicitan parejas de matrimonios, para juegos sexuales, teniendo al marido como el que mira…
        En sus preliminares, el cinematógrafo contó con que algunos científicos, filmaban sus pruebas para poderlas ofrecer a un público que quería saber y se interesaba. Thomas Alba Edison, filmó el efecto de  la corriente alterna en un paquidermo (con el resultado de la muerte del elefante), para posteriormente publicarlo y que se tuviera presente su peligro.
        Muchas son las películas cinematográficas que suscitan  el morbo en su argumento, secuencias, actores y actrices… En la película “Psicosis” (Hitchock, 1960), se originó mucho morbo, sin haberla estrenado siquiera, porque en su anuncio publicitario, se puntualizó con cierto énfasis, que no se admitiría la entrada a las personas si estaba, ya, la película empezada, puesto que el argumento debía de ser seguido desde el principio. Se terminaron las entradas, y en todos  los lugares donde se exhibió, hubo “lleno total”. Desde luego, el llamado “padre del suspense” Hitchock, supo tocar la fibra a sus seguidores y Psicosis, fue récord de ventas a empresarios cinematográficos y en ventanilla.
        De la película “El último tango en París” (Bertolucci, 1972), se recuerda la escena de “la mantequilla”, y  también que, ante la imposibilidad de verla en España, hizo pasar la frontera a muchos españoles…
        Actualmente y por otro lado, tenemos a Lars Von Trier, que con varias películas de corte erótico, todas coinciden en que producen  morbo por lo inmoral y amoral de sus imágenes de sexo y textos. Muy lejos de lo  que pensaba el director al hacerla, la última película de Trier: “Nymphomaniac” (25/12/013), que es lo que parece: sexo explícito, ha tenido y tiene dificultades de distribución y divulgación: Las pocas salas que se han atrevido a aceptarla, no se llenan. Daniel Bajo, responsable de Ventas de “Karma” desde “El Confidencial” (7/04/014) y haciendo referencia a “La vida de Adele”, opina que: “el sexo gay es más tabú que el sexo lésbico”. En la citada entrevista, se nos cuenta que pasa también con las películas de sexo gay, que los productores no recuperan lo invertido, porque son consideradas como “muy fuertes” y acude muy poca gente a las escasas salas en donde las han aceptado y se reproducen.
        Las películas sobre “samuráis”, nos cuentan las tradiciones  de estos guerreros japoneses, que cuando perdían  su honor, por un delito de asesinato, robo, corrupción etc., estaban obligados a hacerse el “Harakiri”, que consistía en usar un sable contra ellos mismos y que les provocaba la muerte. Era un rito, en donde el suicida samurái, bebía una copa de “sake” y componía un poema (yuigon) de despedida, en el dorso del abanico de guerra (tessen). Si perdían en la batalla y para no caer en manos enemigas también, opcionalmente, se hacían el harakiri, pues se creían deshonrados y ésta era la única forma de morir con honor.
        En la ópera “Madame Butterfly”, que compuso Puccini, la protagonista, en el último acto (“Con onor muore”), se quita  la vida con un puñal en cuya empuñadura se podía leer: “Con honor muere quien no puede mantener su vida con honor”. Esta ópera ubicada en Japón, está basada en un hecho real que escribió Long, a finales del siglo XIX.
        Podemos entender que lo que es motivo de honor para unas personas, llegue a ser motivo de morbo para otros, que la muerte, el sexo, el misterio, algunos experimentos…,  lleguen a desembocar en él, y que, como todo lo que gusta crea adicción y haya adeptos al morbo. Todo tiene un lado bueno a pesar de parecer malo, y su lado mejor está en la enseñanza que se deriva de una mala experiencia en otras personas y más en nosotros mismos, que si a “algunos”, les causa morbo, nos debe servir a los demás, para aceptar, como una experiencia más en nuestra vida, algo con lo que casualmente nos hemos encontrado, o que, casualmente, hemos provocado de modo inconsciente. Creo que todas las experiencias de los demás y también nuestras experiencias, son buenas si nos sirven para aprender y seguir forjándonos.

Documentación:

                   Wikipedia
                    Diario “El confidencial”
                    “Eclesiastés”
                     Deducciones personales

Alicante 10/12/2014
Mª Jesús Ortega Torres

       
       

        

jueves, 20 de noviembre de 2014

PRESENTIMIENTO



PRESENTIMIENTO

Qué pena, qué dolor. Me está doliendo el alma,
¿no será el corazón?
Ayer era una pierna, que en casa me dejó.
No quiero una pastilla cuando siento dolor,
ataca otros sentidos, me altera, ¡la detesto!
y no la quiero… Noooo.

Si tengo  el mar,  lo miro. Comienzo yo a soñar…,
¡y se pierde el dolor…!
Mas hoy me duele el alma. ¿No será el corazón,
que late, sin descanso, sin freno…, con pasión?
El corazón latiendo, llamando está a un amor,
para unir sus latidos, con otro corazón.

Si laten tiernos, juntos…, se ahuyentará el dolor,
el temor, el hastío, y me siento mejor.
La felicidad, que ronda, el destino cambió.
Ya no me duele el alma, tampoco el corazón,
que late junto a otro, al que yo llamo:
AMOR.

 ( Paisaje de amanecer en la "Playa de los Náufragos" (Torrevieja-Alicante)

Torrevieja 11/10/14

Mª Jesús Ortega Torres

viernes, 7 de noviembre de 2014

LIBERTAD




LIBERTAD


(Hojas de ensayo)


         “El arco susurra a la flecha
         antes de lanzarla: Me debes
         tu libertad”
         “La cascada canta: Cuando llego
         a mi libertad, encuentro mi canción”

         RABINDRANATH TAGORE


                   Sí, ésto es la libertad. También lo es, el canto libre de un pájaro…, pero ¿cómo sabemos que ese canto es libre y no condicionado a las necesidades que su instinto requiera? Nuestro instinto y experiencia, al igual que en los animales, nos sugiere que, a veces, estamos más felices con lo que callamos que con lo que decimos, con lo que omitimos y no hacemos, que con lo que realizamos, por lo que no estamos seguros de tener libertad para decirlo todo, hacerlo todo, y ni siquiera pensar todo lo que queramos.
         La libertad, bien entendida, proyectada a no herir sensibilidades y, aunque no deje que digamos, hagamos o pensemos todo lo que se nos ocurra, porque representaría daño para otros y para nosotros mismos, la encontramos en ese forcejeo que precede a la decisión final. Al igual que la felicidad, se encuentra en nuestro pequeño esfuerzo para conseguirla, porque si quieres ser feliz, tienes un sueño, y ese sueño  puede ser el camino que constituye la felicidad.
         De las muchas definiciones de libertad que he encontrado, en los diccionarios y enciclopedias que tengo a mi alrededor, he elegido:
         “Capacidad de actuar por propia decisión, impulso, voluntad”.
         “Facultad natural que tiene  el hombre de obrar de una manera o de otra o no obrar”.
         “Facultad de hacer o decir cuánto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres”.
         En esta última definición, vemos que hay un condicionante, en las dos advertencias: hacer o decir cuánto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.  La libertad, en esta definición, está menoscabada: Hay unas leyes y algunas buenas costumbres, que se deben respetar…, está explícito en la definición, y a veces y para muchas personas, en la libertad es la ética quien manda.
         La moral y las leyes te dan unas normas, pero tu ética es la que va a decidir tu conducta. Tu libertad es entonces tu ética, y decidir en libertad, estará condicionado a tu ética. A la ética de cada cual (Platón) (427-347 a. C.). Saber y decidir, son pensamientos “animados” en Platón por la filosofía de Sócrates (470-399 a. C.).
         La IDEA, es lo que dará identidad y hará que se tenga un orden. Para Platón este orden será el bien. El mal es el desorden.
         Aristóteles (384-322 a.C.) nos habla de la PRAXIS, que “manteniéndonos en el justo medio, permite darle a la vida una forma racional” (se plantea el vínculo entre la teoría y la praxis), y, la POIÉSIS, será “una obra específica y eminentemente humana”, introduce el concepto de poética y “se entiende como MIMESIS, la imitación de la naturaleza, primera actitud del artista”.
         La ética  y estética  nicomaquea de Aristóteles, supera las cuestiones planteadas por Sócrates y Platón.
         “La moral no viene dada por naturaleza: no nacemos unos buenos ni otros nacemos malos, sino que: nos hacemos buenos o nos hacemos malos” (me sugiere el pensamiento de Rousseau [1712-1778] cuando reflexiona: “El hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad le pervierte”).
         Aristóteles dice que “el hombre dispone de resortes naturales potenciales para ser virtuoso y en la sociedad en que convive, lo puede desarrollar o no”.
         También clasificará las virtudes en dos clases, “las ÉTICAS, nacidas del hábito y las DIANOÉTICAS, nacidas de la inteligencia y que se pueden aprender si te las enseñan”.
          En el libro VI de su “Ética a Nicómaco” se desarrolla una virtud: la prudencia (puede ser inhibidora de la libertad, pero te ayuda a discernir mejor).
         Los libros VIII y IX, tratan de la amistad y el amor, y, en el libro X se dice que la felicidad puede estar en el placer: “Todas las funciones del alma, incluso las más altas, pueden estar ligadas al placer”
         Spinoza (1632-1677) tiene en su “Ética demostrada según el orden geométrico”, lo más importante de su producción. Publicada en 1677, después de haber muerto él,  se deduce fácilmente, que el pensamiento había evolucionado. Divide su obra en cinco partes y en la V, desarrolla la manera de alcanzar la libertad: “La potencia de la razón contra los afectos”.
          Sigue a Descartes (1596-1650), y es también determinista  no niega por tanto, la  libertad en el entendimiento, y sí la niega en la sumisión.
“El hombre sabio es más poderoso que el ignorante, porque consigue la libertad del alma, es decir, la felicidad”
“El conocimiento es el camino de la libertad y la felicidad del alma”
“Conocimiento para dirigir y dominar sus deseos, para conseguir: la alegría más perfecta”.
        
         Hay muchos siglos de evolución entre Sócrates, Platón, Aristóteles, Descartes y el último filósofo Spinoza que he mencionado… El pensamiento en el ser humano, tarda en asentarse y dejar huella, porque pensar nos es inherente,  aunque no todos “nos hacemos eco” de nuestros propios aconteceres y de los eventos y problemas de nuestro alrededor. El que ha pensado mejor que nosotros, merece, al menos ser escuchado y después, si es posible, seguido, y, ese pensamiento llevado a la práctica,  nos va a condicionar y preparar para ser libres, felices, honestos…
         No se puede dejar de aludir a los filósofos chinos, cuya tradición se remonta al Neolítico y que se conoce como tal filosofía, practicada, desde el siglo VI a.C.
         El confucionismo buscaba valores, y trataba de potenciarlos y desarrollarlos, y se puede considerar una filosofía pragmática que lleva a un estado de serenidad.
         Lao Tsé, preconizaba la armonía y respeto con el entorno, y así alcanzar una metafórica inmortalidad o “longevidad en plenitud” y, así asentó  las bases del taoísmo.
         El pensamiento del hombre, nace para volar en lo más alto, como un cóndor, y así divisarlo todo…, que nada se escape de su  sagaz mirada, para lograr, con equilibrio, liberar al espíritu, mente y cuerpo de desidias, insidias, y otras clases de sinsabores que le aguardan en cualquier camino o encrucijada , o, incluso, en su propio hogar.
         En el entorno actual, paradójicamente lleno de todo tipo de tecnologías, pero repleto también de carencias que son esenciales, para una estabilidad tanto física como psicológica, está  desprovisto de valores que se han perdido por las circunstancias del “progreso”, que nos ha llevado a una negación  de los factores espirituales, incluso los inherentes, no solo los adquiridos, que han sido reemplazados para y por la competitividad, ambiciones laborales y sociales que llevan a “trepar” a cualquier precio incluso la traición hacia personas, antes queridas y a veces, con mayores conocimientos.
         El estrés cotidiano en las ciudades, producido por muchos condicionantes, no nos deja llegar a lo que sería una paz continuada, y no podemos discernir lo mejor, y, usando nuestra libertad, llegar a una felicidad desprovista de tanta atadura y materialismo. Estamos de acuerdo en que hace falta, de vez en cuando, algo quizás no tan formal, pero no avocar nuestra vida al materialismo y al consumismo, sería  la base de una conducta para progresar como personas.
         Deberíamos contar con  nuevas leyes, que regulen esta epidemia, de ambición desmesurada que hace que unos pocos sean muy ricos y poderosos y la mayoría esté a expensas de la voluntad de unos “amos” cuyas decisiones pueden ser buenas o no serlo… Se está atado, sin libertad y la felicidad, está lejana en la mayoría, y así no se puede convivir con armonía y justicia, pues  los menos favorecidos, presienten que será de por vida.
          Termino con unas sentencias que van a reafirmarnos en lo antes expuesto:

“Raros son esos tiempos felices en los que
se puede pensar lo que se quiere y decir lo
que se piensa”.
           TÁCITO

“La libertad es un bien común y, mientras no
participen todos de ella, no serán libres los
que se crean tales”
  MIGUEL DE UNAMUNO


Bibliografía:
                   “Diccionario de citas” de Juan Señor
                    “Enciclopedia de El País”
                    “Wikipedia” Internet

                           
Alicante 6/11/04
Mª Jesús Ortega Torres



    

sábado, 25 de octubre de 2014

POR LA MAÑANA EN EL CAMPO






 POR LA MAÑANA EN EL CAMPO


Muy alegre está el campo, parece sonreír;
lo ha despertado el sol, de su sueño nocturno.
El rocío ha regado, con sus gotas gozosas,
las flores y sembrados, y los ha refrescado.

La mañana comienza con el canto de gallos…,
turnándose entre ellos, nos muestran su saber.
Los gorriones pían, también las golondrinas
que levantan el vuelo, para ya no volver.

Una rosa silvestre me da los buenos días,
sus pétalos rosados, el rocío empapó.
Y el arroyo que pasa, con su andar cantarino,
 va dejando el perfume, que del monte bajó.

La mañana está clara. Se escuchan ruiseñores,
y a las vacas pastando, yo las oigo mugir…
Un perro ladra al lado ¡Hay “vidilla” en el campo!
Y un lagarto dormido, da un brinco saltarín.

Vuelan las mariposas y también las abejas;
Temprano, esta mañana, han elegido flor.
Haciendo su trabajo, pasan la vida entera,
no se quejan a nadie por hacer su labor.

Yo que observo mi entorno, repito una y mil veces:
¡Qué bonito es el campo!
¡Cuánta paz que nos da!.
Y paseo, paseo… y lo miro y remiro.
Perdida entre sus flores, tal vez me voy a quedar.




Santurde de Rioja 11/09/2014

Mª Jesús Ortega Torres

domingo, 5 de octubre de 2014

FAMILIA






FAMILIA


(Hojas de ensayo)

Y mis padres por fin se dan cuenta
de que he sido secuestrado y se
ponen en acción inmediatamente:
alquilan mi habitación.
     WOODY ALLEN


         Empiezo, quizá, de un modo jocoso, un tema muy serio y apasionante como es el de la familia.
En todas las familias pasan cosas… Muchas cosas, que constituyen la “vidilla” de cada familia y que las hace diferentes, de acuerdo con las características de cada uno de sus integrantes, teniendo en consideración de que cada uno de sus miembros, no es igual al otro y aún los hijos del mismo padre y la misma madre, tienen tan acusadas diferencias, que no parecen hermanos.
         En las familias se dan la ira-odio y también el amor. A veces se dan conjuntamente, otras alternativamente y la mayoría de las veces, estos sentimientos, están fluctuantes, y se manifiestan, en ocasiones por un simple gesto, por una opinión que no creemos merecer o que merecemos y no reconocemos. El amor se da, sobre todo y además del afecto natural, por la comprensión y perdón de nuestros defectos, errores y faltas, por los demás hacia nosotros.
         Hay quien calla siempre, pero se las ingenia, para siempre salirse con “la suya”, dejando a quien protesta y cree tener la razón, totalmente frustrado, desarmado y fuera de lugar, con un sentimiento difícil de explicar, pero muy cercano a creerse anulado y siempre sorprendido de la jugada del otro que “callando, callando”, dobla el criterio de la autoridad a su favor. En la familia los padres, generalmente, unen, pero a veces, separan.
         En encontrar ese “quid”, han basado muchos su razón de ser, y así, aumentando su ego, se han hecho poderosos en sus familias y, algunos, en la  sociedad de su entorno. Quién no ha buscado su “quid”, y como nunca encajaban sus propuestas, ha tenido que buscar, fuera de la familia, amistades, con la comprensión y cariño que en su propia familia no han sabido darle y que de algún modo le han negado,  constituyendo, a veces, esos amigos, una familia elegida.
         Entre los miembros de algunas familias, se puede dar el fraude. Hasta que no nos conocemos, no sabemos quiénes somos o no estamos en condiciones para definirnos, vivimos como en una nube, algo ausentes y a veces nos sorprendemos cuando creemos conocer a los demás miembros de nuestra familia y resulta que no son quienes pensábamos que eran, a pesar de compartir el mismo techo y la misma mesa; el concepto que teníamos de ellos, cambia por algo inesperado, con lo que nos sentimos sorprendidos y engañados.
         Si los demás tergiversan nuestro yo, nuestra verdad…, surge también un conflicto, y surge para ambas partes, habiendo malentendidos que duran toda una vida.
         A veces caemos de la nube, ante la certeza de que a nuestro lado, se mueven estrategias, que nos perjudican con respecto a los demás componentes de nuestra familia. El mover los hilos, para hacernos culpables, de algo de lo que no somos responsables, puede ser una constante, si no nos plantamos y reafirmamos nuestra opción, criterio, circunstancias, o nos hacemos de valer un poco más.   Pasa mucho, también, en nuestra sociedad, cuando se cargan unas responsabilidades a quienes no les pertenece tal compromiso. En muchas ocasiones, es el hermano mayor el que carga con la culpa de casi todo. También se le suele “cargar” al más débil y es bastante  injusto e indignante. En la sociedad son los sectores menos  formados y con menor posibilidad de defensa, quienes reciben frecuentes vapuleos, en los que también vemos la injusticia y el enojo que se suele hacer general.
         Cuando las preferencias de los padres o de uno de los padres, deriva en uno de los hijos, puede surgir un conflicto en los demás, o en el que no se perciba tan bien asistido o aceptado como su hermano o hermana… Te ves avocado a un segundo término que no crees merecer, y tu “yo”, te está demandando que no tiene por qué, ser, alguno de tus hermanos, más apreciado que tú, aunque tú seas algo más rebelde y no sigas los criterios generales, que en algunas ocasiones, consideras que no son los más acertados.
         En muchas familias, ha existido y aún, en muchos casos, sigue existiendo, una educación machista. Los hermanos varones estuvieron mejor considerados que las mujeres. No creo que fuesen razones de coeficiente mental, aunque a las mujeres, nos dejaron reafirmar nuestras capacidades intelectuales no hace mucho y siempre se tuvo que “demostrar”, lo que en el hombre se tenía como natural.
          Los padres son quienes dirigen “su obra”, que es su familia, hasta donde les llegan sus conocimientos. A veces llegan a tiempo de evitar o paliar un altercado. Hay veces que en el altercado está la solución, porque poner las cosas en su sitio, las pone claras.

         Si escuchamos a Confucio (551-479 a. C.), nos dice:

“Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida
por estas cuatro columnas: Padre valiente, madre prudente,
hijo obediente y hermano complaciente”.

         Los padres, sí, creo que tienen que ser valientes y responsables del deber de llevar al hogar, lo necesario para cubrir previstos e imprevistos, pero en el pasado y aún hoy, quedan padres que se exceden demasiado en su trabajo y con la excusa de que son en él “imprescindibles”, pasan demasiado tiempo fuera de la familia, que llamamos hogar, y que necesita de los dos: padre y madre, para la educación y guía de los hijos y, principalmente para darles su cariño. A veces un excesivo celo con los hijos, no es bueno, pero un abandono, aunque sea parcial, pero muy frecuente, tampoco lo es.

         Oscar Wilde (1854-1900), afirma que:

“Los niños empiezan por amar a sus padres. Cuando ya han crecido los juzgan,
y, algunas veces, hasta los perdonan”.

         Muchos padres tardan en reconocer, que no somos ramas de sus árboles y que tenemos también, nuestra autonomía. Nos niegan nuestra identidad, porque todo ha de hacerse a  su manera, y, aunque al final de esos entresijos, quede igual hecho de un modo que de otro, ellos ¡claro! prefieren su modo. A lo novedoso se atreve solo quien tiene espíritu creador, descubridor en ciernes de lo que se trate o vaya a tratar…
         A veces, la falta de tiempo o de la seguridad en ellos mismos, les hace anular, en sus hijos, una decisión que les distingue de su entorno más mediato y les lleva de una rutina o monotonía a algo diferente.
         El afecto que necesitan los hijos, de los padres, no tiene igual apremio e intensidad en unos hermanos que en otros. Hay quien necesita mayor afecto, atención…, o contemplación, aunque todos necesiten cariño, que llevará a una estabilidad emocional presente y futura, si ese afecto ejerce de alimento y cala en cada cuál. Un buen trabajo de los padres, sería tratar de forjar mejor el carácter de ese hijo más necesitado, aplaudiendo más sus éxitos y ayudándole en sus fracasos, y procurar así que sea autónomo y no dependiente ni de ellos ni de los demás, aunque hay otros muchos matices, intrínsecos o adquiridos, que nos hacen ser muy diferentes a unos de otros.
         Cuando hay poca diferencia en la edad entre los hermanos, puede surgir una cierta camaradería, excepto en aquél, que queriendo ser “él” o “ella”, solo se ve a sí mismo, ignorando a los otros y pasando de los demás…, y “caiga quien caiga”, se las apaña para llamar la atención, o, con su dedo acusador, señalar “quién rompió el plato”. El afán de protagonismo, lleva a ésto y a más…, por lo que la familia, puede ser a veces, paz o infierno. El término medio o pasar de la paz al infierno o del infierno a la paz, pueden darse, bien sea porque ceden unos a favor de otros, o porque haya algún hecho, trascendente, que confiera o conforme un nuevo ambiente.
         En la familia se inicia el poliedro, que vamos, todos, a construir a lo largo de nuestra vida. La formación y cariño que recibimos en nuestras respectivas familias, la escuela, nuestro entorno, las experiencias asimiladas en nuestra vida académica, en nuestros posteriores trabajos, los afectos que hayamos sabido o podido guardar en nuestro corazón…, constituirán, de por vida, nuestra mayor riqueza en esta tierra, porque son y serán “nuestro Universo”.
         Para finalizar, he elegido un pensamiento de Sir John Bowring (Oct. 1792-Nov. 1872), político inglés, escritor, políglota, hispanista y cuarto gobernador de Hong-Kong…:

“Una familia feliz no es sino un paraíso anticipado”


Documentación:

Pensamientos del “Diccionario de citas” de Luis Señor
Wikipedia
Experiencias personales y profesionales

Alicante 3/10/2014
Mª Jesús Ortega Torres