"No soy nada. / Nunca seré nada. / No puedo querer ser nada. / Esto
aparte, tengo en mí todos los sueños del mundo".
FERNANDO PESSOA
Lo
que terminamos de leer, son unos versos o su atisbo, pero escritos por un “YO”
en crecimiento continuo. Un ser que aún creía y tenía esperanza de que lo que él
no tocaba, no podía ver ni percibir con alguno o todos sus sentidos, quizás
utópico, iba a ser real en el momento más inesperado, porque creía tener derecho
a ello. Creía tener derecho al menos, a sus propios sueños.
Tener
nuestros sueños es un derecho de cada cual. Los sueños son alimento de poetas y
también de la gente humilde… La gente que no es humilde, creo que no tiene
tiempo para sueños. No tiene tiempo para soñar sino es en ellos mismos, y eso
no son sueños, es sencillamente alimentar un “ego” y orientarle mal. Muy mal,
porque los soles, las estrellas han de brillar para todos y por todos, al menos lo deberían hacer en los sueños.
La
humildad, está también presente en estos versos del portugués Pessoa. Cree no
ser “nada”. Piensa que nunca va a alcanzar “ser alguien”, y además pone solo
empeño en tener en él: “todos los sueños
del mundo”, porque con eso le bastaba y era feliz, porque llegar a lograr lo
que soñamos despiertos, representaba su único anhelo y volcaba en ello, toda su
ilusión, toda su esperanza.
FERNANDO
ANTÓNIO NOGUEIRA PESSOA—LISBOA 13/06/1888>>>
>>>LISBOA 30/11/1935—, demuestra
desde su infancia, una personalidad hecha para pensar, para escribir, traducir sus
propias conclusiones o las de sus
personajes y recrearlas, transmitiéndolas y nunca olvidarlas. Al verterlas, y
con su creatividad, nos manifiesta una personalidad, que nos puede parecer indefinida
totalmente, por su peculiar estética de los: heterónimos, o proyecciones
originales, hacia (a, por, sobre, en), otros seres, que saliendo de su
experiencia por él mismo vivida o bien de la sociedad observada de sus
alrededores, conformaban la suya.
“No
puedo querer ser nadie”
No FERNANDO, no puedes…
Los otros, te distraen. Te distraen
tanto… quizá demasiado. Te hacen olvidar que existes también y que ese “YO”, puede
ir formando poco a poco tu “EGO”, el tuyo intransferible, y en tu caso ETERNO.
… Te da miedo FERNANDO, te da miedo formar un
ego más, porque ves tantos personajes alrededor, con tantas facetas
distintas, con tanta riqueza y con tanto que recoger cuando te lo muestran o cuando
lo descubres, que te ilusionabas con los demás y te olvidabas que también eras alguien.
Siempre
es enriquecedor encontrar al “otro”, aunque ese otro, termine
defraudando, en momentos muy delicados (por personales e irrepetibles).
Creo
que la vida, a ti, FERNANDO, no te dio lo que merecías, porque tu elección
bohemia te llevó a morir muy joven, y además, a tener un amor inconcluso, que yo espero y solo
cariñosamente, te llamaba nadie.
No
sé lo suficiente de tu vida para establecer con cuál de tus setenta y dos
heterónimos, te sentías más identificado y feliz. Pero por estos versos, en el encabezamiento
recordados, puedo deducir que con el que tu novia Ophélia, te quiso etiquetar: “Ferdinand Personne”, te
sentías muy halagado, porque estas palabras salían de la persona amada, y no
podían ser dechado de crueldad.
Él pensaba, siempre, porque la amaba, en
Ophélia Queiroz y las cartas de amor que le dedicó (siendo su más directo
responsable, uno de sus heterónimos:
Álvaro de Campos), son su testimonio, que permanece vivo, afortunadamente.
Un
capricho que no puedo dejar de adjudicarme: Terminar esta breve reseña
biográfica del ser humano, escritor, poeta, traductor y divulgador de sentimientos
y pensamientos FERNANDO PESSOA, con estos versos, nacidos de unas
reflexiones muy acertadas (creo yo…)
Todas
las cartas de amor son ridículas...
Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no
fuesen
ridículas.
También escribí en mi tiempo cartas
de amor,
como las demás,
ridículas.
Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.
Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca
escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.
Quién me diera el tiempo en que
escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.
La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.
(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).
FUENTES:
Cita del encabezamiento encontrada en el
“Taco calendario del Corazón de Jesús”.
Apuntes biográficos, tomados de Wikipedia,
tertulias y deducciones personales.
Fotografía de WOOGLE: Frente a este Teatro Nacional de Säo Carlos
de LISBOA, nació FERNANDO PESSOA.
El teatro está inspirado en la Scala de
Milán y el Teatro San Carlos de Nápoles. Su interior es de estilo “Rococó”.
Nota: Adentrarme, algo, en FERNANDO PESSOA,
espero que me lleve a curiosear, pronto, en los siguientes textos:
“La saga/fuga de J.B.” de GONZALO TORRENTE
BALLESTER, en el “Libro del desasosiego” de BERNARDO SOARES y en “El año de la
muerte de Ricardo Reis” del también portugués JOSÉ SARAMAGO.
ALICANTE 16/06/2017
Mª Jesús Ortega Torres