miércoles, 7 de agosto de 2013

ALGO SOBRE LA AMISTAD





   ALGO SOBRE LA AMISTAD

(Hojas de ensayo)

“Amistades que son ciertas
nadie las puede turbar”.
MIGUEL DE CERVANTES

         No quisiera que ésto, fuese una apología de la amistad. La amistad se defiende sola, todos queremos la amistad, que si es auténtica, nos trae muchas satisfacciones y alegrías, pero hoy en día, es muy difícil tener amigos, si por amigo queremos a una persona sincera, que, incondicionalmente, esté a nuestro lado en momentos felices y en las adversidades, porque, en los periodos felices es fácil, seguir a alguien, pero en las adversidades que nos depara la vida, con más frecuencia de lo que desearíamos, quienes de verdad son nuestros amigos, se quedan. Quienes lo dicen, pero no lo son, ponen pies en polvorosa…, deben pensar: “ahí te las apañes…”
         No es una cuestión de prudencia, tampoco lo es de ignorancia; cuando algo malo sucede a una persona o a una familia, la noticia vuela más rápida que el pensamiento, y, entonces se encuentran amigos que no sabías que los tenías y desaparecen, en cambio, otros, que pensabas que lo eran, pero que te demuestran lo contrario.
         La amistad, es muchas veces fértil, y te trae otros amigos. Hubo quien se aventuró y comentó: “los amigos de mis amigos, son mis amigos”, que me parece una afirmación atrevida donde las haya, pero que sin embargo, por otro lado, denota tal confianza en el otro que se tiene por amigo, se está tan seguro de él, que, sin dudarlo, acoge todo lo que le pertenece, porque conociéndole bien, sabe que todo lo suyo es bueno.
         Una sentencia de don Miguel de Unamuno, que nos dice: “hay mucha gente y pocas personas”, nos viene a poner en guardia de quienes no tienen un mínimo de formalidad y que, por lo tanto, no son merecedores de nuestra amistad. Las “pocas personas”, con su integridad, serán las que deberemos  tomar como amigos y sin temor a equivocarnos, congratularnos de que la vida nos sea más llevadera con ellos. A veces, nos viene la amistad por azar, y según piensa Anatole France: “el azar es el seudónimo que utiliza Dios, cuando no quiere firmar”. Yo, de verdad, pienso que un buen amigo es un regalo de Dios, que no debemos dejar que pase de largo…, con frecuencia es un buen amigo, quien se da cuenta de unas cualidades, en arte, literatura, música…, que por naturales, se veían como algo muy normal, pero vistas y analizadas por una amistad, que ha valorado, objetivamente, la valía de su nuevo amigo, le puede llevar a aconsejar que desarrolle, mejor, su pasatiempo, que se convertirá, por su opinión acreditada, en algo más serio a mejorar.
                        ¿Es posible la amistad entre sexos distintos…?
         Cuando confiamos en alguien para contarle nuestras intimidades, generalmente lo hacemos porque hay una química invisible, pero que existe. Nos acerca, nos hace compenetrarnos y entregar nuestros sentimientos y pensamientos, a una persona ajena, que puede ser o no, de la familia, y nos apoyamos en ella, esperando consejo (asentimiento o reprobación de nuestros actos). También queremos que nos transmita algo de valor o ánimo, si nuestra propuesta es algo arriesgada…, que nos ayude a valorar, los pros y los contras de nuestra futura hazaña, o de lo ya hecho, después de habernos escuchado con atención...
         Esta relación que establecemos: comunicación íntima…, a veces, crea en uno de los dos, unas expectativas distintas a la de una buena amistad, y se vuelve ilusionante por parte de uno de los dos, con una atracción que no se puede reprimir por mucho tiempo y que siendo manifestada, puede producir en el otro, o aceptación o rechazo…
         Cuando de la amistad, se pasa al amor correspondido, todo va bien y hay en ello, la máxima gratificación en una relación, pero, si ocurre que solo es una parte la enamorada y sufre el rechazo del otro que, solo siente amistad, la mayoría de las veces, la relación se deteriora y termina, a veces muy mal, pues con frecuencia, por despecho y en venganza, salen a flote intimidades de quien ha rechazado subir el peldaño del amor, por no sentir igual que el otro, y lo que era una bonita amistad, puede tener un folletinesco desenlace o convertirse en una tragedia.
         A veces, el amor está aletargado, y cuando se despierta y sale, es como una explosión que no se puede detener, y menos disimular. Un adagio popular dice que la riqueza, la sabiduría y el amor, por más que nos empeñemos, no pueden estar ocultos.
         Se me ocurre, poniendo de mi lado el saber popular,  que si con algo de sabiduría manifestamos nuestro amor, y éste  es aceptado, tendremos la mejor riqueza.
 Alicante 19/06/2013
             18/07/2013
           Mª Jesús Ortega Torres

        

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