lunes, 11 de febrero de 2013

¡QUÉ BONITA ES BARCELONA...!






¡Qué bonita es Barcelona…!

         Me he traído, de Barcelona, una hoja de invierno, de las muchas que, como alfombras, poblaban el suelo.
         También me vine con los recuerdos de un tiempo pasado que viví, con ilusión y trabajo, pues estuve antaño, en esa preciosa ciudad, en dos ocasiones, y en las dos, por periodos largos. Afortunadamente, he vuelto muchas veces más, siempre que tuve ocasión, y aunque han pasado los años, los recuerdos fluyen en el reencuentro. No se olvidan…, la ciudad nos vuelve a hacer sentir el tiempo de juventud, el tiempo de lucha. Barcelona sigue igual, como siempre, alegre, bulliciosa, sorprendente, frenética, trabajadora…,  ahora, además, en el tiempo de adviento, tiempo de Navidad, Barcelona, está llena de color con las fantásticas iluminaciones, que adornan el techo de sus calles; está llena de rumores nuevos, está llena de nuevas estridencias y también, nuevas melodías.
         Volví a beber agua, fresquita, en la fuente de “Canaletas”, que es uno de los muchos símbolos que tiene esta bella ciudad, y que además garantiza, para quienes la bebemos, la vuelta de nuevo, en un futuro más o menos próximo. Volví a admirar los bellos edificios de Gaudí. Volví a pasear por sus Ramblas…
         Me gusta el modo de vida de los catalanes. Lo considero serio, planificado para el progreso, y que, aprovechando todos los mejores factores de cada persona que vive en esa tierra,  permite la progresiva superación y llegar a donde habías soñado. Llegar algún día, o, al menos intentarlo.
         Si estás trabajando y quieres seguir estudiando, te ofrecen un horario adecuado para que puedas realizar tus estudios. Los “jefes”, se colocan ante su “planing” y tratan por todos los medios de favorecerte… Empiezan a mover posibilidades. Te acomodan.
 Vas a trabajar mejor, porque estás muy contenta, notas como te ayudan, notas que, sin apenas conocerte, te quieren un poco.
         Es lógico y razonable que algo así, no podemos dejarlo perder. No somos tontos ni tontas los de otros lugares, aunque a veces, muchas personas, por ignorancia, lo parecemos. Yo, en este tema de Cataluña, no, desde luego, y considero que no se puede juzgar a la ligera y castigar, no comprando sus productos, y desarrollando una antipatía, creo que no lógica, también a la ligera, a un pueblo que lo único que hace es mostrarnos una personalidad más estructurada  con su idiosincrasia y temperamento distinto, pero libre, para ser como son.
         Me gusta la política, en tanto en cuanto, necesito pensar y saber, que me puede ayudar a vivir mejor, a utilizar mejor mis recursos y los de los demás; a defenderme de los abusos de otros, a mi misma y a mis allegados. Me gusta si me ayuda a sentirme protegida, como miembro de una nación que nos valore a todos por igual (así consta en la Constitución), y nos dé parte de la seguridad que necesitamos, para vivir en las distintas facetas de nuestra vida, que nos conforman y hacen personas… 
Me duele que en Cataluña, y en otros lugares de nuestra España, haya esa tendencia a un fraccionamiento, que nos haría tambalearnos, aún más, de lo que lo estamos ahora, por la inseguridad, crisis, desencanto en general…
         He ido y venido tantas veces a Barcelona, que no imagino, hacerlo  de otro modo que libremente, sin visados ni trabas de ningún tipo, y sintiéndome una española más, igual que cualquiera de los catalanes.
         Bebo de vez en cuando Cava…, el “Brut” me parece delicioso, inmejorable; me gustan sus tejidos y su moderna confección; me gusta su civismo a imitar, su modo de trabajar y organización, y su gran acogida a quienes quieren trabajar, a quienes quieren superarse…
          Últimamente, siempre me traigo una camiseta que, con su eslogan, reafirma a los cuatro vientos mi pasión por esta región de España. Por esa Comunidad un poco mía, por lo querida.
GRACIAS BARCELONA
GRACIAS CATALUÑA

 Alicante Diciembre 2012
               María Jesús Ortega Torres
        





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