Esbozo
de “relato metafórico”
Hoy
el UNIVERSO ha reñido conmigo:
He matado a mil
HORMIGAS.
Bueno…,
mi intención era matar solo a diez. Me habían picado. Se habían intentado
llevar, poco a poco, a su escondrijo mi alimento, y me habían vuelto a picar (las
muy “ladinas”).
…Qué pasó..., pues que en esas diez veces, acudieron cien al
entierro, y también me las cargué. Sacando bien la suma, serían mil diez. De
cada ciento, una, ¡solo una! tenía la culpa. Aquí, los españoles tenemos el
acierto de pensar que “siempre pagan justos por pecadores”, pero… ¿Hay hormigas
justas? ¿Las hay acaso pecadoras?
En la India adoran a los animales tanto domésticos como a
los que campan por nuestros hogares y quieren habitar en ellos y que en la
mayoría de los países detestamos. Ceban a ratas y a ratoncitos. Los hindúes no
pisan a las cucarachas (yo tampoco, pero uso insecticida), tampoco hacen
desaparecer a insectos y no he averiguado si comen o no comen gambas. Estas,
con lo ricas que están, son carroñeras en su hábitat común y cuando leo o
escucho que se las compara con las cucarachas terráqueas, me entra muy mal
humor…
¡Bueno!
...El
caso es que las hormigas, pican, pican y su fino olfato hace que…Salgan,
salgan…
Por chiquitinas,
graciosas, trabajadoras, me caen muy bien, pero me enfermo al ver como pululan
en los alimentos que tengo dispuestos para mi desayuno, me pican y, traviesas,
deambulan en círculos llamando a sus congéneres para el festín y después, hacer
su trabajo, para llenar de alimentos sus despensas.
(…Todo:
Delante de mis narices)
Hoy he diezmado a un batallón, pero ellas, las hormigas,
ilusionadas y predeterminadas trabajadoras, cumplen bien: TRABAJAN, trabajan
sin descanso, en los momentos de bonanza y así no fenecen en el crudo invierno.
TRABAJARÁN, trabajarán las que vayamos dejando y se volverán a multiplicar…
Pero, en las próximas generaciones en que PROCREARÁN y
seguirán más y más PROCREANDO, las nuevas hormiguitas lograrán un nuevo GEN con
el que percibirán peligro en su cercanía con el ser humano, que no puede
admitir cómo ellas atacan su yantar. Cómo le pican... Si no lo hacen, su instinto las hará
reproducirse solo en territorios hinduístas o en los bosques.
¡Qué lástima, que solo nos
atrevamos a defendernos ante las HORMIGUITAS!
(¡Y
de qué manera!)
TORREVIEJA 28 de JUNIO de
2018
Mª Jesús Ortega Torres
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