miércoles, 18 de enero de 2012

ELEGÍA A EMILIO VICTORIA MUÑOZ




Te he ofrecido hoy un ramo, de tus sueños mejores,
las musas de tu vida, convertidas en flores.
Somos tantas habitando la faz de esta tierra,
que variado  es el ramo de distintos  colores.

Todas, con peculiar perfume, te amamos de algún modo,
y fuimos buenas musas, en tus lapsos oníricos.
Pero ahora ya no estás. Sueñas en otra estancia…
tus sueños son ahora, eternos e infinitos.

Te has ido a descansar ¡y es que estabas muy triste!
Tu llanto lo sentíamos, transitando tu faz.
Ahora, en tu solaz, nos mirarás a todos.
No escucharemos tus quejas, no oiremos tu cantar.
Por las nubes del cielo pasearás muy gozoso,
Verás, con alegría, vivir a tu poesía.

Yo no esperaba un fenecer tan presto,
con frío y soledad de compañía…
Sin la mirada de la amada, que esperabas,
y que ahora aguardarás tras la agonía.

En tu vida hubo alguna mano amiga,
que enlazó la tuya, con contento,
mas tú soñabas otra mano y, al recordarla,
rechazabas, de ti,  cualquier intento.

Tu vida se alejaba, poco a poco
por ese amargor, que te inundaba a veces,
aunque una sonrisa  nos decía, frecuentemente,
que también soñabas y pensabas otros entes.
Y me parecía a mí, cuando creabas – ¡ oh conspirador! -,
que tenías, tú, otros amores. No tan solo…,  un amor.


Alicante 3/12/11
Mª Jesús Ortega Torres

No hay comentarios:

Publicar un comentario