Catorce versos lo forman desde el
principio hasta el fin.
Hablar quiero del amor, de los
peces, de las aves,
de flores y mariposas, de
estrellas, lunas y mares…
De lo mal que está la vida y del poco
porvenir
que atisbar puede un poeta, tanto
si es sabio o cerril.
No me dejo amedrentar, ¡ a fe mía
lo consigo!
que Don Quijote soy yo, aunque
falda y tacón visto…
No he escrito nunca un soneto, lo
he intentado muchas veces
…cuento y recuento los versos y, éstos,
a mi, no obedecen.
Pensar con medida intento, ¡¡ soy
libre!!, ¡¡ también mis versos!!.
Como no veo solución…, yo desisto
dimitiendo.
Después, al amor perdido --el que
no vuelve jamás--,
mas me valiera olvidarlo, y de los
peces hablar.
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