… Y CUANDO NOTAS QUE
AMANECE
Bendito mundo,
que nos hace vivir o morir
como a las flores.
Que nos hace reír o llorar
como al arroyo
que a su paso pregunta
¿cómo estás?
Bendito mundo,
lleno de alegrías y
sinsabores.
Que nos hace despertar
cada mañana,
con su sol y con, también,
su paz.
Fue en un otoño,
cuando divisé a lo lejos
la tormenta,
que parecía, sola,
envolverlo todo,
y que sin aliento me dejó.
No hay día sin sol,
y cuando, de pronto, notas
que amanece
y que calienta el sol,
entonces piensas:
Bendito mundo, bendita
flor, bendito arroyo…
Bendita yo.
ALICANTE
10/02/2015
Mª
Jesús Ortega Torres
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