domingo, 10 de octubre de 2021

Día diez de Octubre. Día de la Salud Mental

 




Día diez de Octubre. Día de la Salud Mental

 

“Todos vivimos en las cloacas, pero

algunos miramos a las estrellas”

 OSCAR FINGEL WILLS WILDE

            Cuando las sombras desaparecen y vemos la luz, nos encontramos mejor. Tenemos luz, pero no podemos olvidar, que, en parte, la debemos a nuestras sombras y, sabemos, que hay diferentes tipos de sombra y también distinta intensidad y…¿Cómo no?, distinto tiempo. Con nuestras contradicciones, cuesta que llegue esa luz; no progresamos y por esta razón, en algunas cosas que podrían aportar sentido y coherencia a nuestras vidas, si siguen estando, quizá, en nuestro subconsciente, no se cambia si no hay una evolución milagrosa por nuestra parte, o una variación por algo, que, desde fuera, nos lo haya hecho evocar. El no querer estar enfermos y la experiencia de buenos profesionales que de momento han de paliar las fases agudas y marcar pautas, adecuadas, a cada paciente, son primordiales para acertar. Nuestro conocimiento de nosotros mismos, que va evolucionando con el tiempo, junto a la ilusión que se nos va aportando, ha de modificar algo y para bien, los estados, en principio, de amargura, tensiones y desesperanza.

      Acostumbrarnos a un mundo, el nuestro, con:

                  “Verdades a medias”

                  “Amistades a medias”

                  “Seguridad a medias”

      Nos lleva a ilusionarnos con un cambio, un vuelco, que desarrollaremos como podamos, siendo muy favorables la lectura, las audiciones musicales, escribir, pintar…, la práctica de alguna actividad física, como los deportes que nos puedan atraer y sobre todo, ayudar, porque cuando asoma la “punta del iceberg”, mirar a las estrellas es muy favorable y, además, en este intento de iniciación a una esperanza ilusionante, es una recomendación universal,  porque universal es el escritor más polémico de su tiempo. Época  que fue llamada victoriana por su rigor moral, aunque a OSCAR WILDE (DUBLIN 1854, PARIS 1900), no lo curó, solamente, mirar a las estrellas; le curó el profundo conocimiento de sí mismo y quizá fueron sus formas descaradas al expresarse  y muy “atrevidas”, las que molestaron tanto. Su sinceridad y con la perspectiva que, a todo, da el tiempo, es un buen ejemplo de superación, para cualquier sociedad, ya sea medieval, victoriana, o contemporánea.

      El estigma sigue, como en tantas otras cosas, y hay poca o nula credibilidad cuando se sabe que alguien ha estado o está con un tratamiento, porque su salud mental en alguna ocasión, se vio mermada. La sensibilidad general, y desde fuera, es mucho mayor, actualmente, al progresar, de modo alarmante, los casos de suicidio, sobre todo en jóvenes que piensan, o deben de pensar, que todo lo que tenían que conocer, sentir, ver, lo saben ya, o que, muy defraudados por otras personas y hechos, han entrado en una depresión, semejante a una terrible pesadilla eterna, que se pega en la geografía de la piel y anula la entrada y visión de toda luz posible. No se tiene la capacidad de poder deshacer esa espiral agotadora.

      Hay muchos tipos de sensibilidad y en la Salud Mental, las herramientas que influyen en la balanza, como, el grado de enseñanza individual y atenciones familiares, y el ámbito que nos pueda rodear en la sociedad, al igual que la ayuda que nos ofrezca nuestro terapeuta, ya sea Médico de familia, Psicólogo, o Psiquiatra, son decisivas.Teniendo en cuenta que, no a todas las personas, se las puede diagnosticar, quienes sí lo están, necesitan apoyo, también comprensión, de un modo sutil, sin estridencias ni tanta publicidad, porque el “boca a boca”, no corre, vuela.

      Hace algún tiempo leí un Poema cuyo último verso terminaba así:

                        “En el principio fue Eros”

No recuerdo el nombre de su autor, pero lo creo muy adecuado, siempre que “EROS”, nos simbolice la LUZ.

 

ALICANTE  10/10/2021

Ilustración tomada de INTERNET

María Jesús Ortega Torres

 

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