Las palabras quedan, después de que nos hemos ido. Se vuelve a recordar a quién las dijo. A veces, entonces, comprendemos su significado...
Cuando el tiempo
de su faz me haya borrado
y, quede solamente,
el eco de mi voz
y mi palabra.
Tú, que no me quisiste escuchar
estando viva,
te traerá mi pensamiento
un verso puro.
Lo que escribí y sentí
será lo que tu sientas,
y sin saber, que fui yo,
quien lo pensaba
quizás descubras,
que el mío
fue y es, también tu pensamiento.
Alicante 3/04/08
Mª
Jesús Ortega Torres
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